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Día de quintos en Alsasua

Los alsasuarras volvieron ayer a celebrar a lo grande Santa Águeda, una fiesta de la juventud que se sufraga con la generosidad de los vecinos, pero que también es la de diferentes generaciones que vuelven a reunirse este día.

Día de quintos en Alsasua

el 5 de febrero, festividad de Santa Águeda, es un día marcado en rojo en el calendario festivo de Alsasua. O en verde, ya que éste es el color de la mártir siciliana. Por ello, verde era uno de los pañuelos de los quintos, los jóvenes alsasuarras que este año estrenan mayoría de edad; el lazo que adornaba las tortas que entregaron las quintas y también los pañuelos que lucía al cuello la quinta que celebraba el 25º aniversario de su Santa Águeda. Y es que los quintos de este año compartieron ayer protagonismo con otras quintas, entre las que también destacaba la de los 60 años.

Ayer, como manda la tradición, era el día de la cuestación para sufragar cinco días de celebraciones. Por ello, desde la mañana los 22 mozos de este año, bandeja en mano, abordaron a viandantes y automovilistas para pedirles la voluntad. No hacía falta presentaciones. Con una indumentaria que ha variado poco en estos últimos cien años, vestían de riguroso blanco roto por cuatro pañuelos, calzando zatas de goma y txapela además de kaiku para quitar el frío. Ayer también lucieron el palo de Santa Águeda, una vara adornada con cintas de colores que sólo se saca el primer día. El dinero lo fueron depositando en las alforjas de la burra Pantxika. Las 23 quintas, ataviadas de caseras, hicieron lo propio la víspera con los coros. Para saber la recaudación habrá que esperar al lunes.

Mientras los quintos pedían, los reyes, Mikel Etxabarri, Sergio Miño, Carolina Blázquez y Sara Lobo, acompañados de los txistularis se encargaron de recoger las tortas de las quintas de casa en casa. Tras la entrega, una jota y una porrusalda. Así fue hasta entrada la tarde, finalizando en la sociedad Zubiondo, donde celebraba su fiesta la quinta de 1985. Eran 101 personas nacidas en 1966 y parte de 1967. Y es, cómo explicaron, esos años se adelantó el servicio militar y por tanto, la entrada en quintas. Esta quinta se mostraba orgullosa de ser la primera que cuestionó el papel de la mujer en esta fiesta, ganando presencia hasta equipararse. Ayer se decía que todas las quintas van a bailar este año el zortziko, la danza imprescindible en las festividades de la villa.