no es el puente Milvio de Roma, pero su barandilla alberga las mismas muestras de amor inoxidable que el viaducto latino. Siguiendo la estela de Step y Babi, protagonistas de la novela Ho voglia di te (Hoy tengo ganas de ti), de Federico Moccia, jóvenes enamorados de todo el mundo comenzaron en 2006 a colocar candados con sus iniciales en monumentos emblemáticos de las ciudades como símbolo de su afecto. Una romántica moda que se ha extendido a lo largo del mar Mediterráneo hasta llegar a Tudela, cuyo puente del Ebro ya conoce el peso del amor.
"Izaskun y Omar" o "Carlos y Leyre. 16-03-10. Siempre juntos" son algunas de las inscripciones que se pueden leer en los siete candados que se extienden a lo largo de los 360 metros de piedra del puente que da acceso al Casco Viejo de la capital ribera. Los dos primeros, situados en el quinto arco en el que durante la época de Sancho VII el Fuerte se alzó el primer torreón medieval, marcan el inicio de una hilera que continúa durante los 12 arcos siguientes. Según la historia de Moccia, el amor será duradero si los amantes encadenan su cariño y lanzan la llave al río, evitando así que nadie pueda jamás separar esa unión.
repercusión internacional
De China a Nueva York, pasando por la Ribera
El puente de Brooklyn en Nueva York, el de las Artes de París, el viaducto de Carlos en Praga e incluso la Muralla China ya forman parte de la leyenda que Moccia creó con la segunda parte de la novela A tres metros sobre el cielo. Murcia, Valencia, Bilbao y Logroño también han sido víctimas de esta revolución. Sin embargo, tal exaltación de amor ya ha comenzado a crear su propia polémica. El pasado diciembre, el presidente del XX municipio del Ayuntamiento de Roma, Gianni Giacomini, ordenó retirar los candados del histórico puente Milvio por considerar que "degradan el monumento y originan problemas de decoro". Lo mismo hizo el exalcalde de Florencia, Leonardo Domenico, quien además ordenó multar con 50 euros a quienes deteriorasen el puente Vecchio con sus muestras de amor eterno. Por su parte, Moccia ya ha encontrado una alternativa. Desde su página web, ofrece la posibilidad a los amantes de sellar su amor a través de un candado virtual incapaz de deteriorar ningún monumento artístico. En España, 13.291 parejas ya han decidido publicar su afecto a través de Internet en farolas, bancos o señales virtuales. Entre ellos, 88 navarros. Quizá alguno de ellos sea el propietario de uno de los siete candados que ahora cuelgan sobre el puente del Ebro de Tudela y que, por el momento, todavía se encuentran a salvo de multa.