La Sureña coloca personal en la entrada para impedir que se saquen consumiciones
la policía municipal ha multado hasta en tres ocasiones a este establecimiento de tejería
PAMPLONA. El bar La Sureña de la calle Tejería ha colocado personal en su entrada para evitar que los clientes saquen las consumiciones al exterior, algo que ya les ha supuesto tres multas de la Policía Municipal. El establecimiento ha optado por esta medida después de que este mismo jueves el Ayuntamiento les volviese a sancionar, a pesar de que ya habían colocado carteles prohibiendo abandonar el local con bebidas compradas en el interior y de que, en esta ocasión, fuesen contados los clientes que se encontraban en el exterior. De esta manera, el Ayuntamiento crea un precedente peligroso, ya que a nadie se le escapa que son centenares los establecimientos en los que los clientes salen al exterior con las consumiciones.
Aunque los encargados del establecimiento han preferido no hacer declaraciones, es patente su preocupación por la situación que se ha generado en torno a este negocio. El jueves, cuatro carteles en el exterior del local y varios más en el interior recordaban a los clientes la prohibición de sacar consumiciones al exterior. Estos escritos indicaban que "según el decreto foral 202/2002 de 23 de septiembre está prohibido sacar consumiciones fuera del local". Ahora, los gestores de esta franquicia han optado por ir un paso más allá y colocar personal en la entrada.
Este establecimiento abrió sus puertas en junio y desde entonces ha tenido una notable acogida entre los pamploneses, fruto sobre todo de sus bajos precios. El principal reclamo del local es una oferta por la que los clientes se hacen con un cubo con cinco cervezas por tres euros (además de tres euros de fianza que se devuelven al entregar el cubo). La iniciativa ha hecho que los clientes de La Sureña se multipliquen y que, aprovechando el buen tiempo, decenas de cuadrillas alternen también en el exterior del local. Aunque el establecimiento cierra antes de las 24.00 horas, la concurrencia en torno a esta cervecería ha provocada la queja de algunos vecinos de la calle Tejería, donde, si bien ya existían un buen numero de establecimiento hosteleros muy conocidos, el ambiente ha cambiado considerablemente.