cascante. Ya son 22 los años que Cascante lleva celebrando la Feria de Artesanía, una de las más asentadas y reconocidas de la geografía foral. En esta edición, en la plaza de Los Fueros, se dieron cita un total de 28 puestos por los que pasaron cientos de personas durante la mañana y la tarde del domingo. Cencerros, forja, orfebrería, cabezudos, piel, madera o jabones, así como quesos, pastas, miel o chistorra son algunos de los productos que se pudieron adquirir en esta edición. Los artesanos procedían en su mayor parte del Norte de Navarra y del País Vasco, pero también participaron tres cascantinos: Carnicería Lizarbe, que ofreció chistorra y longaniza; Sergio Gómara, con productos de piel y Pimfa; que acercó a los visitantes el olivo.

Para los más pequeños se impartieron diferentes talleres como el de barro en el que elaboraron diferentes figuras, o el de cartulina donde realizaron divertidas caretas. Tampoco faltó a la cita el grupo de encajeras de bolillos de la localidad que celebró su 10º encuentro.

Para potenciar la creatividad de los artesanos se realizó una entrega de premios. En esta ocasión, el de mejor artesano fue a parar a manos de El Txoco, de Olite, por su elaboración de cabezudos, mientras que el premio a la mejor pieza fue para La forja de Ayegui por su trabajo realizado con el metal.

La Feria de Artesanía se libró de la lluvia que el viernes impidió a los cascantinos subir con sus carrozas hasta el cabezo a celebrar La Cruceta. Así que el mal tiempo fue uno de los protagonistas de estas fiestas primaverales, ya que impidió la celebración de algunos de los actos, caso del segundo desafío de ganaderías por comunidades.

Objetivo inicial En 1992 se decidió celebrar la primera Feria de Artesanía con el objetivo de conseguir enseñar a los cascantinos y visitantes oficios, muchos de los cuales estaban desapareciendo, como el de soguero, fabricante de colchones de lana, hojalatero o cerero. En estos 22 años ya han pasado más de 200 artesanos procedentes de 14 provincias.