pamplona. El abogado Javier Purroy lo tiene claro: para luchar contra el ruido -y salir victorioso- hay tres herramientas que resultan fundamentales: "la constancia, las pruebas periciales y las denuncias". Y es que, como reitera este letrado pamplonés, que ha llevado numerosas denuncias sobre esta materia referidas a carnicerías, bares, fábricas y de particulares tanto ejerciendo el papel de denunciado como denunciante, "si eres constante, tienes muchas posibilidades de que tus denuncias prosperen y se solucionen los problemas; si no lo eres, no hay nada que hacer".

En este sentido, Purroy recuerda que fueron los vecinos quienes, gracias a su perseverancia, consiguieron que se modificara la ordenanza que regulaba los horarios de hostelería para impedir la actividad de los after en la capital. Asimismo, indica que fue a partir de una sentencia del Tribunal de Estrasburgo del año 2004 de un hecho denunciado en Valencia, conocida como el caso López Ostra, cuando comenzaron a sucederse las demandas judiciales, aplicando la doctrina contenida en dicha sentencia: "Antes era muy raro que prosperase una reclamación sobre ruido". Esta materia es regulada en Navarra por el Decreto Foral 135/1989, de 8 de junio, y en el Estado por la Ley 37/2003, de 17 de noviembre, del Ruido (que transpone una directiva comunitaria del año 2002).

Purroy es consciente de que "el ruido se sufre. Te entra en la cabeza y te puede provocar depresiones, obsesión y una ansiedad terrible", hasta el punto de que "por mucho que compres las mejores ventanas del mercado, el tema no se soluciona, ya que no es un problema de ventanas". Por eso, para aquellas personas que padecen la molestia constante del ruido les recomienda "tener una prueba pericial que les permita disponer de una base con la que empezar a funcionar", si bien incide en que "el expediente administrativo sancionador tiene una tramitación un poco larga".

Así las cosas, este abogado aconseja denunciar el hecho en la Policía Foral o en la Policía Municipal para que hagan una sonometría y, si ésta es favorable, "personarse en el procedimiento sancionador y exigir a la autoridad competente que compruebe que el local cumple con toda la normativa". En esta línea, considera conveniente, si la administración no responde, "encargar un informe más detallado y contundente a una ingeniería acústica privada que compruebe la existencia del ruido, el cual puede costar unos 600 euros más IVA, si es de toda una noche".

También señala que hay que estar atentos cuando se va a poner en marcha una actividad MINP (actividades molestas, insalubres, nocivas y peligrosas) cerca de tu vivienda: "Si te van a poner debajo un bar conviene estudiar el expediente y hacer las alegaciones pertinentes". No obstante, menciona que no suele haber problemas cuando se trata de empresarios de hostelería y sí, cuando son personas que han arrendado el establecimiento por un tiempo determinado.

entre particulares Si se trata de temas vecinales (ruidos entre particulares), recomienda avisar al vecino infractor para que adopte las medidas pertinentes para cesar en la molestia; en caso de persistir, denunciar ante la Policía Municipal para que practique la prueba pericial correspondiente a tal efecto y se deberá poner en conocimiento del presidente y administrador de la comunidad para que requieran al vecino el cese de la actividad generadora de ruido, todo ello conforme a la Ley de Propiedad Horizontal. En caso de que persista y la Comunidad de propietarios no tome ningún acuerdo para acudir a los tribunales, que suele ser bastante normal, aconseja acudir de forma particular a la vía judicial para reclamar el cese de los ruidos producidos por los motivos que sean. Purroy concluye diciendo que "hay que denunciar, ser constante y acometer el problema enseguida. Si quieres algo, hay que mojarse, aunque sea desesperante".