SIN menospreciar a la cuajada, el producto estrella de la Ultzama, las setas y los hongos le hicieron ayer sombra y se convirtieron en los reyes del valle. Cientos de personas -más de 1.000 según la organización- se acercaron al frontón de Larraintzar para disfrutar del III Día del Hongo, un evento que se desarrolla dentro de la Semana Micológica y que tiene como objetivo "educar en las buenas prácticas de recolección y fomentar el turismo de la zona", según afirmó Javier Gómez, responsable de la asociación de desarrollo turístico Ultzama2VecesVerde, una de las organizadoras de la jornada.
Productores de miel, cuajada o sidra y amantes de las setas se dieron cita en Larraintzar para conocer de primera mano lo que rodea a la cultura micológica. Una cata de olores de setas y el llamado pedo de lobo gigante (Langermania Gigantea), de cinco kilos, fueron algunas de las cosas que más llamaron la atención de los asistentes en la exposición de 70 especies diferentes, que habían sido recolectadas en las visitas guiadas que tuvieron lugar el sábado.
Los hermanos Cañamares, de Aróstegui, también centraron la atención del público cuando aparecieron con piedras y troncos de pino de 15, 25 y 150 kilos, este último apodado por ellos como "el mejor hongo de la Ultzama". En cuanto a los artesanos, uno de los más atrevidos fue Ángel Beunza, de Guerendiain, que creó in situ un kaiku de madera. Beunza es un artesano local, que compagina esta afición con su trabajo en el campo de golf de Lizaso. "La vida en estos momentos no está para sentimentalismos. No se puede sobrevivir de esto, es un oficio en extinción", indicó.
Este evento, organizado por el Ayuntamiento de Ultzama y 12 concejos del Valle, en colaboración con la empresa Garrapo SL -adjudicataria de la gestión del parque micológico- y la asociación de desarrollo turístico Ultzama2VecesVerde, quiso premiar a la golfista Carlota Ciganda, de Larraintzar, con el Honguico de la Ultzama. Su madre, María Jesús Machiñena, lo recogió en su honor, ya que en estos momentos Ciganda se encuentra en México. Es el primer reconocimiento oficial que Ciganda recibe por parte del Valle de la Ultzama, de donde es natural. "Ya ha visto la figura porque le hemos mandado una foto", contó Machiñena.
Además de esta jornada festiva, dentro de la Semana Micológica se ha organizado una ruta micogastronómica por los bares y posadas de la zona. Es una de las actividades que más éxito tiene año tras año, ya que los pinchos que se ofrecen mezclan este producto tradicional con ideas gastronómicas novedosas y modernas.
Pero hay quien prefiere cocinar sus propias setas. Mila Jiménez, de la Chantrea, no tuvo miedo de mojarse bajo la lluvia y aprovechó este festejo para hacer un recorrido por el monte y llevarse varios a su casa. "Llevábamos ya un rato y no veíamos nada, pero de repente mi hijo ha visto un ramillete y en un cerco de menos de 20 metros hemos encontrado aproximadamente un kilo de trompetas de la muerte y alguna gamuza", apuntó Jiménez. Esta chantreana acude regularmente al parque micológico desde hace dos años y asegura que le gusta "porque te enseñan a conocer diferentes especies". "La trompeta de la muerte es inconfundible, así que no tiene peligro, y mis hijos la prefieren al hongo", contó. Su familia disfrutará estos días con la receta especial de Jiménez: croquetas y carne guisada con setas. "Lo que yo hago es secarlas, guardarlas en tarros y cuando quiero usarlas rehidratarlas y echarlas a la bechamel de las croquetas o a la carne guisada", explicó. Y es que, pese a su nombre, esta especie cuenta con la calificación máxima, tres tenedores. Un plato de lujo con el que terminar la intensa jornada.