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Enrique Taberna recibe el Dedal de Plata

no pudo acudir al acto central del día de santa lucía en doneztebe por un accidente Este es el segundo hombre que recibe la distinción desde que el Ayuntamiento la instauró en el año 1999

Enrique Taberna recibe el Dedal de Plata

DONEZTEBE. El día de Santa Lucía volvió a ser de fiesta en Doneztebe, especialmente para Enrique Taberna, sastre de 85 años, que junto a sus hermanos Honorio y Javier, también unidos a los trapos, ha dedicado toda una vida al oficio. Enrique no pudo recibir ayer personalmente el Dedal de Plata, una distinción que otorga el pueblo de Doneztebe a través de su ayuntamiento a sastres y modistas, personas que durante décadas hicieron del oficio de confeccionar ropa a medida uno de los más importantes del pueblo. Taberna se encuentra convaleciente de un accidente doméstico y no pudo acudir el viernes a la iglesia. En representación, su cuñada Virtudes Etxebeste, que curiosamente también recibió este galardón en el año 2002, recibió el dedal y un ramo de flores de manos de la concejal Ana Etxeberria.

La jornada fue muy animada desde primeras horas de la mañana, con el atrio de la iglesia ocupado por los artesanos del valle, que mostraron su trabajo y vendieron, sobre todo los talos de Zubieta y ajos cultivados en Falces y Peralta. Los actos centrales tenían que ver con la misa, la entrega del Dedal de Plata y la adoración de la reliquia de Santa Lucía. Tras los oficios, la concejal Ana Etxeberria hizo entrega del dedal y un ramo de flores, que Virtudes Etxebeste se encargó de entregar a su cuñado Enrique Etxebeste, el segundo hombre que consigue esta distinción tras Patxi Astiz (en el año 2000).

Enrique Taberna Vera nació el 13 de abril de 1928 en Doneztebe. Su padre era de Sunbilla y su madre de Doneztebe. Tiene otros dos hermanos, Javier y Honorio, que también han tenido sus negocios de confección. Enrique recuerda perfectamente que comenzó a coser cuando tenía 14 años, concretamente el 8 de octubre de 1942. "Mis primeras puntadas fueron cosas pequeñas y después me pasé a la confección de trajes, americanas y pantalones", señala. En el taller, además de los miembros de la familia Taberna había empleados un total de 8 personas". Posteriormente, Enrique fue a Pamplona a trabajar en una sastrería, "para perfeccionar la costura y el corte". El resto de su vida la ha pasado con sus hermanos Javier y Honorio. "A nivel familiar -relata el mayor- teníamos venta ambulante y nos íbamos a los pueblos de alrededor con un burro y vendíamos la ropa". En una época en que la juventud de la comarca tenía que emigrar a Francia, para trabajar en el monte, "cuando los leñadores venían de regreso, encargaban un traje que lo estrenaban en Pascuas y fiestas". Además de su biografía oficial, mucha gente en Doneztebe recuerda la fuerza y destreza que tenía Enrique en sus años mozos. "Cuentan que cogió una piedra en el frontón Bear-Zana y desde el cuadro 1, de rodillas, la envió por encima del frontis".

Tras una vida dedicada a la confección, ahora su principal entretenimiento son los paseos. Aunque no pudo asistir a su homenaje, agradeció a "los que se han acordado de mí para darme este homenaje".