El bombardero que se estrelló en Mezkiritz
Auritz/Burguete acoge el día 22 un acto conmemorativo para recordar el 70º aniversario del accidente del 'PowerfulKatrinka', un bombardero americano que se estrelló en el vallede Erro en los estertores de la Segunda Guerra Mundial.
El 25 de junio de 1944, cuando los vecinos de Mezkiritz y de otrospueblos cercanos se encontraban en misa escucharon un enormeestruendo procedente del exterior. Jamás podían imaginar, sumidosen el letargo de la postguerra civil, lo que acontecía en elcielo pirenaico. Esa misma mañana, el bombardero americano B-17Powerful Katrinka se estrelló en sus parajes a escasos metrosdel pueblo, en el término de Sakarte; un acontecimiento que haquedado perdido en el tiempo pero que ahora sus restos resurgenen la memoria de las personas mayores que vivieron aquel hitohistórico. Los nueve tripulantes que lograron saltar entre Aurizberri/Espinaly Mezkiritz fueron rescatados por los militares y los habitantesde la zona, que les recibieron con los brazos abiertos.
El próximo 22 de junio, con motivo del 70º aniversario de laúltima misión del Powerful Katrinka, la localidad de Auritz-Burgueteacogerá una charla en la que María-Esther Etxarren Etulain ysu marido Marco Julié relatarán una larga investigación que hanllevado a cabo desde el 2011; un trabajo que próximamente severá reflejada en su libro titulado El Powerful Katrinka, lahistoria de la fortaleza aérea que se estrelló el 25 de juniode 1944 en Mezkiritz.
En junio de 1944, en el auge de la Segunda Guerra Mundial, losaliados continuaban atacando las defensas alemanas para ayudaral avance de las tropas y la aviación se dedicaba frecuentementea atacar desde el aire sus instalaciones. El Powerful Katrinkafue fabricado en Long Beach, California y después de realizar44 misiones a lo largo de su trayectoria, el domingo 25 de junio,poco antes de la madrugada, el grupo de bombarderos número 379despegó de la base de Kimbolton, en Gran Bretaña. Según la investigaciónde la escritora María Esther Etxaren y su marido Marco Julié,la tripulación estaba compuesta por nueve americanos: ThomasD. Butcher, Joseph L.Weels, Franklin R.Vita, Richard Daniels,Robert Reid, Rollin Borham, Bennie Burseth, Rudolph Supper yRalph F.Crawford; todos ellos jóvenes de entre 19 y 23 años.Este avión era parte de un dispositivo de 240 bombarderos B17,escoltados por 228 cazas, cuyo objetivo era el aeródromo de Toulouse,en el sur de Francia entonces ocupada por los alemanes; operacióncuyo nombre en clave era Francazal. El plan de vuelo pasaba porNormandía, donde los aliados habían desembarcado tres semanasantes, y donde seguía una batalla encarnizada. Al atravesar Normandía,el avión B17 Powerful Katrinka fue alcanzado por la defensa antiaéreaalemana sin sufrir ninguna avería aparente. Pero unas horas mástarde, cerca de Toulouse, los motores empezaron a pararse unotras otro, según el relato que aporta Etxarren. Ante la imposibilidadde volver a Inglaterra, la tripulación del aparato decidió ponerrumbo hacia España, país neutral.
Pero a causa del daño que sufrió la aeronave, la tripulaciónfue pronto consciente de que la pérdida de altura impediría cruzarlos Pirineos, por lo que decidieron desprenderse de la cargapesada del avión a pesar de que éste ya volaba a ras de las montañas.Tras cruzar la localidad de San Juan Pied de Port, alcanzaronValcarlos, y sobrevolaron el monte de Lindux, pero a la alturade Espinal la caída del avión era ya inminente, tanto es asíque hacia las 10.30 "el capitán les aviso de que tenían que prepararsepara evacuar el avión porque la situación era crítica". Trasactivar la alarma de evacuación, los nueve tripulantes comenzarona saltar en paracaídas entre Espinal y Mezkiritz, y el aviónacabó estrellándose en esta última localidad. María Esther Etulaincuenta que Bennie Burseth le relató esos momentos previos deangustia, y "como rezaba para que el avión se encontrará en España",puesto que si se estaban en territorio francés podrían ser víctimade la Francia ocupada por los nazis.
En ese mismo momento en el que los dos primeros tripulantes decidieronsaltar en Aurizberri-Espinal, el joven de 16 años Florencio ErroIbarra se encontraba camino de misa junto a sus amigos, hastaque el estruendo "de aquel bicho enorme" les sorprendió. "Veíamoscómo el avión iba rozando la peña de Mendixuri y cómo de repentecaían personas en paracaídas. Fue entonces cuando, junto a losmilitares, decidimos acudir en su busca", relata con claridadel espinalero. Expectantes, Florencio Erro y sus amigos se acercaronhasta las denominadas balsas de Espinal, y allí se encontraron"a un chaval de unos 22 años, alto y rubio, vestido con un trajecaqui con muchos bolsillos". "En cuanto nos vio, el hombre empezóa gritar algo en inglés y de repente, entre unos arbustos aparecióun segundo tripulante", relata. Es cuando decidieron llevar alos dos americanos a casa del vecino de Aurizberri-Espinal PeioUrtasun, quien había estado en América y podría comunicarse conellos.
En el mismo momento en el que el avión se estrelló en Mezkiritz,el vecino de la localidad Honorio Ibarra, se encontraba en esemismo punto con sus ovejas y desde allí observó cómo saltabanlos tripulantes en el monte Berragu y como ardía el avión arrasandoparte del monte. "Fui el primero que vio todo, pero en ese momentono me acerqué porque había mucho fuego y era peligroso", recuerda.Con una sonrisa evoca que nunca antes había visto paracaídas,y lo primero que pensó fue: "vaya txoris" (vaya pájaros).
Cuando siete tripulantes fueron rescatados, según cuenta el vecinode Burguete Manuel Mari Etulain Urrutia, "los trajeron todosal botiquín". En esa época, los militares habían alquilado unahabitación en la casa Gárate de Auritz-Burguete y es a dondefueron trasladados, mientras "uno de ellos lloraba, porque alengancharse el paracaídas con una rama de un árbol se había rotola pierna". Según la información facilitada por la escritoraen San Juan Pied de Port, Ralph Crawford sufrió una caída de8 metros. "Cuando le encontraron, un vecino le construyó unamuleta con la rama de un árbol", narra.
Etulain cuenta cómo los rescatados "llevaban unos buzos azules,les colgaban unos trozos de cable y tenían enchufes", puestoque en la época para resguardarse de los -30 grados los tripulanteseran enganchados al avión. Asimismo, Etulain recuerda que cuandolos soldados americanos llegaron al botiquín "dibujaron en unahoja un triángulo con tres rayas, para enseñar dónde les habíanherido".
un libro con la historia En el año 2010, María Esther EtxarrenEtulain supo por su padre, que vivía en Auritz-Burguete, la historiade este avión estrellado en Mezkiritz. En ese momento esta ingenieraaeronáutica, junto a su marido, también ingeniero, Marco Julié,decidieron llevar a cabo una investigación. Con la ayuda de SebastiánLusarreta se acercaron hasta el paraje del accidente del PowerdulKatrinka "y para nuestra sorpresa removimos un poco la tierray encontramos trozos de aluminio". "En el momento en el que encontramosrestos fue como si hubiésemos tenido una conexión directa conla Segunda Guerra Mundial", cuenta Etxarren. Entonces, decidieronponerse en contacto con los archivos americanos del Ejércitodel Aire y tras una larga investigación contactaron con uno delos tripulantes que sobrevivió y que en ese momento tenía 91años. "Bennie Burseth estaba encantado de contar su historiay enseguida nos mandó sus memorias de guerra", comenta la ingeniera.
Gracias a una larga investigación, María Esther Etxarren Etulainy Marco Julié descubrieron que "siete tripulantes fueron trasladadosel mismo domingo al Hotel Casa Marceliano de Pamplona y Crawfordal hospital militar". La mayor incógnita para el matrimonio fuesaber que había pasado con Butcher y Supper, los dos últimosen saltar. Tras recorrer una multitud de pueblos de la zona,"en Nagore en encontramos a un hombre que recordaba lo sucedido".Tal y como explica Etxarren en San Juan Pied de Port, "los dosamericanos que faltaban se escondieron ese domingo en una bordade Nagore, y al día siguiente escucharon a una pareja que paseabaen el lugar hablar en castellano, por lo que deducieron que seencontraban en España y salieron de inmediato de su escondite", explica. Posteriormente, los nueve tripulantes fueron juntadosy trasladados a Alhama de Aragón, "pasando así las mejores semanasde su vida". Asimismo, la escritora supo que un grupo de militaresde Logroño cortaron a trozos el avión y los vecinos de MezkiritzHonorio Ibarra y Alfonso Eluzalde se encargaron de trasladarlosen carros con bueyes mediante 40 viajes. Florencio Erro recuerdaque en esa época algunas mujeres se llegaron a hacer vestidoscon la tela de los paracaídas". De la misma manera, en la casade Ibarra una botella de material cilíndrico fue utilizada duranteaños como bolsa de agua caliente para la cama.
Los largos años de investigación de María Esther Etxarren Etulainy Julié serán reflejados en un libro que están preparando denominadoEl Powerful Katrinka. La historia de la fortaleza aérea que seestrelló el 25 de junio de 1944 en Mezkiritz, Navarra.