Leyre - “A veces los sueños se hacen realidad, aunque este no ha hecho aún sino comenzar”. Esta frase contenida en el folleto del concierto inaugural del órgano de la Abadía de Leyre, la hacen suya tanto el abad José Manuel Apesteguía, como el organista José Luis Echechipía, y otros que durante años han solemnizado la rica liturgia legerense. “Veníamos a Leyre, a pesar de que el órgano se había quedado inhábil”, recuerda Echechipía mientras asiente el abad. Ambos soñaban con poder contar algún día con un instrumento que estuviera a la altura de sus necesidades; de la liturgia, la historia y el actual significado de Leyre. El órgano de 1966, obra más destacada de la Organería Española en Navarra, con el paso de los años y el envejecimiento del material eléctrico permanecía prácticamente en desuso.

Ahora, han alcanzado su sueño. Su reconstrucción, bajo la dirección de Albert Blancafort y el asesoramiento musical de Echechipía lo ha permitido gracias al proyecto Virila, cofinanciado a través del programa POCTEFA, con fondos FEDER, un proyecto de cooperación entre la Abadía de Leyre y el Centre Basque de Formation et de Diffusión de l’Orgue (Urrugne-Francia), que se integra en un movimiento de intercambios culturales entre ambas partes del Pirineo, y pretende estimular el intercambio de experiencias musicales en torno al patrimonio organístico de ambas regiones. Así, gracias a este proyecto, a la colaboración de la Institución Príncipe de Viana, del Gobierno de Navarra, la Comunidad Benedictina que habita el monasterio, la Caixa y otros amigos de Leyre, el órgano legerense ha dejado de ser un bien patrimonial deteriorado e improductivo y se ha convertido en un instrumento de referencia apto para actividades musicales de calidad, sean litúrgicas, culturales o formativas; para la ejecución de conciertos y la práctica musical de jóvenes organistas.

De este modo, se convierte en un puente tendido desde el monasterio al exterior para acoger a futuros organistas. La idea es desarrollar un punto de dinamización cultural con Leyre como centro de referencia completo: enclave monacal cargado de serenidad y espiritualidad, rodeado de impresionantes vistas, que ofrece ciclos y conciertos de órgano, cantos gregorianos y otros instrumentos. “Ahora sí, podemos. Con la restauración del órgano todo se pone en armonía”, expresa el abad. “Él es el verdadero artífice de este logro”, reconoce el organista.

Salta a simple vista que el abad Apesteguía está formado y siente pasión por la música. Desde la regla de vida de la Comunidad Benedictina, Ora et labora, el actual guía del monasterio ha impulsado el proyecto consciente de la oportunidad que representa, más allá de los puros oficios religiosos. “Cada cual tiene que aportar lo suyo y, entre todos, debemos poner en valor lo que hay para levantar esta comarca”, señala. Opina también que es importante aterrizar en la vida y que, en estos tiempos nada fáciles, el monasterio milenario ofrece belleza, serenidad y un concepto moderno de espiritualidad separado, si se quiere, de lo litúrgico. “No hemos restaurado el órgano para el culto, sino para que se pueda aprovechar como experiencia”, recalca.

Bien sabe de esta apertura José Luis Echechipía, y de los variados fines como la formación y el disfrute de quien lo toca y lo escucha. Tras el exquisito proceso de reconstrucción, se abrió el Ciclo de Órgano en Leyre, enmarcado en el Proyecto Virila. El órgano reconstruido y bendecido el último día de mayo, lo estrenaron el profesor y responsable de la cátedra de órgano del Conservatorio Superior de Música de Navarra, Raúl de Toro, y José Luis Echechipía, director artístico del Ciclo de Música de Órgano en Navarra y asesor musical del proyecto Virila.

Desde su primer Recorridos, un viaje musical por países y sonidos diversos, por distintas épocas históricas y diferentes maneras de entender el arte y la vida, el programa se extiende en el verano con interesantes conciertos los fines de semana de agosto y septiembre: de coro y órgano, de órgano txistu y canto o de canto gregoriano. Además, la oferta de audiciones de órgano se prolonga hasta octubre, y tendrán lugar después de la misa conventual cantada o al finalizar el canto de Vísperas.

El próximo día 15 está marcado en su calendario como día solemne, con la celebración de las Vísperas cantadas en gregoriano, su patrimonio espiritual, cuyas melodías se remontan al siglo VIII. Esta expresión de alabanza y diálogo con Dios se hace con acompañamiento del órgano en Leyre, que pone al alcance de todos poder escucharlo renovado en su mayor esplendor, y sentir gratificantes sensaciones.