Irrumpieron el año pasado para reivindicar el derecho de las mujeres a salir a bailar en Baztan su danza más tradicional, la mutildantza, aunque ésta paradójicamente signifique “baile de mozos”. Plazara Dantzara, colectivo fundamentalmente femenino, se creó como respuesta a Baztango Mutildantzariak, un grupo de mutildantzaris que defiende el sentido original de la antigua danza y con participación exclusiva del sexo masculino. Mientras en otros pueblos del valle la polémica sobre la esencia de esta pieza folklórica parece superada, en Elizondo las espadas siguen en alto. Actualmente hay dos posturas enfrentadas: quienes defienden el derecho a bailar la mutildantza masculina tradicional como colectivo particular, y no quieren que se les moleste, y aquellas personas que entienden que esta iniciativa discrimina a la mujer y, por lo tanto, sus protagonistas no deben hacer uso de espacios públicos para su representación. Tanto el Baztandarren Biltzarra como las fiestas patronales han sido dos ejemplos de esta desunión. La mutildantza, en corro abierto y sentido contrario al de las agujas del reloj, debió de ser antiguamente una danza de jóvenes solteros. Así, la protagonizaban jóvenes en edad de casarse y estaba encabezada por una Corporación en aquel momento dominada por el género masculino, recuerdan desde Plaza Dantzara que a su vez abogan por su “evolución”.

La participación popular sin distinción de sexos también ha venido siendo defendida por la alcaldesa del valle Garbiñe Elizegi. De hecho, la Plaza de los Fueros inserta en el programa oficial la Mutildantza mixta aunque la presencia del vecindario ha ido a menos en los últimos años, aseguran desde Baztango Mutildantzariak que defienden su “recuperación”. El día grande de las fiestas de Elizondo el nuevo grupo masculino salió a bailar al Parque de la Ikastola, una plaza del pueblo. Durante su actuación componentes de Plazara Dan-tzara trataron de penetrar en el corro lo que provocó mo-mentos de tensión y que finalmente los primeros suspendieran la actuación y decidieran reanudarla al día siguiente en un escenario diferente, un jardín particular. Plazara ya había advertido que participaría en “cualquier mutildantza que se organizara en un lugar público”. Bailando, bailando... como la canción de verano pero, en Elizondo, separad@s...