para comenzar en plenos Sanfermines, cuando gran parte de la ciudadanía se encuentra de vacaciones, el grupo de consumo Bizilur Uharte ha iniciado su andadura con muy buen pie, puesto que “en un par de semanas rondamos las 30 cestas semanales de verduras y hortalizas”, apunta el agricultor ecológico de la localidad, Andoni Muñoz, quien ha exportado este proyecto, ya implantado en Pamplona y Estella-Lizarra, porque, además de eliminar intermediarios, encaja con su filosofía de “fomentar el consumo local, de temporada, de producto sano, natural y ecológico, a un precio asequible”.

Un modo de pensar que comparten los vecinos de Huarte, de Villava-Atarrabia, de la Chantrea, Milagrosa o Berriozar que ya se han sumado a esta iniciativa. Así, gracias a Bizilur, que se enmarca en el proyecto ARCO de producción y consumo responsable en el que viene trabajando el sindicato EHNE, además de hortalizas y verduras, podrán adquirir frutas, miel, leche, lácteos, carne, vino, aceite, caracoles, pan... de otros productores del grupo Bizilur sin intermediarios. En estos casos “nosotros hacemos de correa de transmisión”, apunta Muñoz, quien explica que, a diferencia de otros grupos, han sido los productores quienes han trasladado la idea de Iruña. “Queremos que el grupo sea autónomo y gestione de qué manera quiere tener la relación con los productores, pero con los productores siendo partícipes; es decir, el grupo puede aportar ideas sobre productos, nosotros tomamos nota y procuramos un poco dar ese servicio, pero también es un poco a la inversa; es decir, cuando en un caso concreto tenemos un producto y no otro, porque no es la temporada, la gente lo que hace es que nos compra por encima de que en la tienda pueda conseguir el otro”. De manera que Muñoz considera que más que un compromiso, se trata de un convencimiento.

Las cestas que este agricultor vende semanalmente en la huerta Dorraburu incluyen de 5 a 10 productos diferentes y “son abiertas de una manera limitada. Aceptamos que cambien productos dentro de lo que es la cesta de referencia”, porque “queremos que cada persona adapte la cesta semanal a su consumo real”.

Para ello, empiezan con la cesta de 10 euros: “Se la llevan, la van probando y, si les parece que es demasiada cantidad, se va rebajando; si les parece poca, va subiendo; si prefieren más ensaladas, se sustituyen por las verduras, de manera que lo importante es que podamos planificar qué es lo que el grupo demanda en el medio plazo, por eso lo de agricultura responsable y compartida”. Además, al día siguiente de entregar la cesta, que generalmente es los miércoles por la tarde -si bien existe la posibilidad del jueves por la mañana-, lanzan la propuesta de qué llevará la próxima para que los clientes puedan solicitar modificaciones “en un plazo razonable de tiempo”.

rentable para ambos El propósito de Muñoz es también que haya una mayor relación consumidor-productor, con el fin de que se “valoren las cosas”. Pretende que el grupo lleve a cabo visitas guiadas a los campos donde se producen los alimentos, por ejemplo, o que organice en Huarte actividades sobre consumo ecológico, sostenible, saludable... Entre las ventajas que, a su juicio, tiene el cliente destaca “la frescura y la calidad” de la oferta. Además, sostiene que este sistema “nos permite hacer una planificación mejor, aligerándonos muchísimo el trabajo, y nos resulta más rentable a ambos, a productores y a consumidores”. De hecho, concluye que “muchas veces” la cesta “tiene un valor de 20 euros y la estás poniendo por 10 €”.