Las notas de la flauta, desde Espinal al mundo
Ander Erburu ha recorrido países como China o Rusia tocando la flauta; siempre con el claro objetivo de hacer sentir al público su pasión musical
AuRIZBERRI-ESPINAL - Francia, Italia, Suiza, Finlandia, Noruega, Rusia o China. Las notas de la flauta travesera de Ander Erburu han retumbado en todos estos países y dentro de poco lo harán junto a la orquesta filarmónica de Hong Kong. A los siete años, este vecino de Aurizberri-Espinal decidió que su vida iría encaminada a la música, y para ello determinó que su fiel compañera en este viaje sería la flauta travesera. Una relación que, según él, durará en el tiempo, “puesto que no imagino mi vida sin la música”.
Al preguntarle por el primer recital en el que tocó, Ander Erburu, dubitativo, recuerda que “el contacto inicial con la flauta fue en un concierto pedagógico en el colegio donde estudiaba, el Hilarión Eslava de Burlada. Lo vi claro desde el principio, puesto que disfrutaba y se me daba bien; pero si no hubiese sido la flauta habría sido otro instrumento”. Con una sonrisa cuenta que en los primeros conciertos sus compañeros estaban muy nerviosos, y “en cambio para mí era como tocar en el salón de mi casa”.
Asimismo, resalta que su padre siempre le ha inculcado esa pasión por la música, a pesar de que “le habría gustado que tocase el piano como él”. “Desde pequeño me interesaba bastante más el conservatorio que la ikastola; y con el paso del tiempo, la música ha ido ganando más importancia en mi vida”, declara Erburu. Tanto es así que, tras estudiar el bachillerato musical, este vecino de Aurizberri-Espinal decidió hacer las maletas e irse a Suiza a seguir formándose, “una decisión que ha dado sus frutos con el tiempo”.
En su trayectoria este artista se centra en tocar melodías tanto barrocas como actuales. Entre risas confiesa que se atrevió a componer un día sus propias melodías pero la experiencia no fue muy buena y no la volvió a repetir; por ello, asegura con firmeza que desde entonces su autor relevante es Johann Sebastian Bach, “porque cada vez que lo tocas aprendes un matiz nuevo, y además me resulta una música muy enriquecedora y valiosa para saber si realmente estoy en forma. A pesar de que la relación con los autores va por romances, a veces los odias y otra veces los odias un poco menos”, confiesa.
Ander Erburu ha llevado su melodía a países como Francia, Italia, Suiza, Finlandia, Noruega, Rusia o China; pero sin dudar recuerda con cariño los conciertos que ha llevado a cabo cerca de su pueblo de origen. “Siempre que he tocado en Pamplona me ha hecho mucha ilusión, ya que me fui muy joven y no he tenido mucha ocasión de tocar aquí. Pero a pesar de ello, todos los conciertos son importantes; soy bastante perfeccionista y me gusta dar siempre lo mejor de mí mismo para que la gente disfrute cuando te escucha tocar”, apunta el músico.
Este joven vecino de Aurizberri-Espinal muchas veces se ha preguntado cómo sería su vida sin tocar un instrumento; sabe que “sería posible puesto que lo supliría con otra cosa, pero también estoy seguro de que, si tomase la decisión de no tocar más, acabaría haciendo percusión hasta con platos”, bromea este joven.
las claves del éxito Tal y como comenta Ander Erburu, “lo duro de esta profesión es empezar y que la gente te conozca, pero una vez que se rompe el hielo y entras, te empiezan a llamar de sitios”. Para ello, este intérprete tiene claro que “las claves para conseguirlo son ser paciente, constante y perseverante. Se trata de una profesión en la cual se meten muchas horas y muchas veces no se ve el resultado de forma inmediata”. “La primera vez que me pagaron un sueldo como artista, me di cuenta de que estaba sentado con más gente haciendo algo que me gustaba, que hasta entonces lo había hecho gratis y hasta perdiendo dinero. Entonces pensé que era muy afortunado”, indica.
Además, Ander Erburu cree que estudiar la composición de cada obra es primordial; “cuando llegas a un concierto es esencial tener la partitura memorizada al 80%”, revela.
Gracias a ello, con una sonrisa recuerda una de las anécdotas que ha vivido encima de un escenario y que le ha hecho acostumbrarse a aprender las partituras, aún más si cabe. “Me ha llegado a pasar que, al estar dando un concierto tocando una composición detrás de otra, llegó el momento de tocar una obra sin tener la partitura en el atril. En ese momento pensé en salir corriendo, pero la mejor opción fue hacerla de memoria, y salió bastante bien”, recuerda.
De la misma manera, este flautista recalca que en esta profesión es normal recibir muchas negativas, “pero lo importante es aprender a saber llevarlas y que nadie te corte las alas”, apunta Erburu.
Para este concertista el motivo de hacer música es que la audiencia disfrute y también lo haga uno mismo, es “una combinación a pesar de que se debe anteponer siempre el público”. Según él, lo importante a la hora de tocar un instrumento es transmitir una idea, pero sobre todo hacer llegar al auditor lo que cada artista siente con su obra.
de espinal a hong kong Una vez más, los esfuerzos de este vecino de Aurizberri-Espinal se verán recompensados, puesto que va a formar parte próximamente de la orquesta filarmónica de Hong Kong, gracias a un contrato de prueba con una duración de un año que le permitirá tocar durante varios conciertos de la temporada. De la misma manera, dentro de poco Ander Erburu participará en un concurso internacional en China; escenarios variados e internacionales, pero tal y como explica con contundencia, “no tengo escenarios de ensueño, puesto que con tocar solo o con otros músicos y hacer disfrutar al público me conformo; sea aquí, en Espinal, en el Baluarte o en Rusia”.