olite - “Vino y arte son alimentos para el espíritu, que una vez se conjugan, aparece ante nuestros ojos un mundo por descubrir”. Con estas palabras, cargadas de simbolismo, invita la pintora pamplonesa Blanca Esther Zuza Abril a recorrer la exposición Los colores del vino, que alberga el Consejo Regulador de la Denominación de Origen Navarra, con sede en Olite, hasta el próximo 21 de febrero. En concreto, componen la muestra 15 cuadros de Zuza y 14 esculturas de José Luis Ruiz Arguiñano, natural de Artazu.
Ambos utilizan el vino, además de como fuente de inspiración, como soporte para sus obras. Y es que mientras Zuza pinta sus cuadros sobre filtros de vino que previamente han sido utilizados en las bodegas (por lo que conservan los residuos propios del proceso de fermentación y filtrado), Ruiz crea sus esculturas a partir de las duelas de las barricas que se usan para la crianza de los caldos.
La pamplonesa, que se dedica a investigar métodos y técnicas nuevas, lleva tres años trabajando con este tipo de filtros. En ese tiempo, ha creado más de 90 cuadros a través de los cuales repasa la historia del vino en Navarra. Algunos de ellos ya los expuso en 2013 en las instalaciones de Bodegas Aroa (Zurukuain).
La idea de experimentar con este soporte surgió tras conversar con un amigo bodeguero. Curiosa por naturaleza, visitó su bodega y vio que tenía “unas posibilidades creativas tremendas”, explica Zuza. Asimismo, desvela el complejo proceso creativo, que comienza con el secado de los filtros. Y es que tanto su textura como el color varían en base a la exposición solar. Consciente de sus múltiples posibilidades, Zuza aprovecha el secado para ocultar algunas zonas (con diferentes pesos) y evitar, de este modo, que la luz altere el color original. “Se trata de jugar con las formas”, subraya. A continuación, decolora los filtros con lejía y los pinta por medio de pigmentos naturales y acrílicos, creando una “explosión de texturas, colores y magia”.
Asimismo, relata que “los filtros de vino tinto tienen más sedimentos y requieren más trabajo para marcar las formas”, mientras que los de vino blanco, al tener menos color, su textura también es menor. “Desde 1975, se han producido cambios en mi pintura, moviéndome en el mundo del expresionismo y en un balanceo continuo en la cuerda de lo inacabado, supeditando lo superfluo en función de la expresividad del conjunto y omitiendo el detalle en beneficio del impacto visual”, concluye.
Artista novel Ruiz Arguiñano, por su parte, como carpintero de profesión que es, ha optado por reutilizar las duelas de las barricas de vino “que ya han cumplido su cometido” para crear figuras humanas o animales. “Es una madera muy agradecida porque se puede utilizar su curvatura y jugar, además, con los colores tanto de fuera como de dentro, así como con el olor a vino que desprende”, comenta.
“Me he criado en el ambiente del vino y he querido homenajear este tipo de vida”, añade. De ahí que este artista novel y autodidacta haya querido reproducir desde una pareja de vendimiadores hasta un mulo, al ser el animal que ayudaba antaño a los agricultores a transportar la uva del campo a las bodegas. Ruiz Arguiñano confiesa, asimismo, que esta es la primera exposición en la que participa. “Siempre me ha gustado trabajar la madera y como pienso que nunca es tarde, espero que sea la primera muestra de muchas en el futuro”, subraya el artista, que lleva un año enfrascado en este proyecto.
Por último, destacar que la exposición (gratuita) permanecerá abierta al público de lunes a jueves en horario de 9.00 a 17.30 horas y los viernes, de 8.00 a 15.00 horas.