buñuel. Tras Tudela, Buñuel fue la localidad ribera más afectada por el desbordamiento del Ebro al ser necesario evacuar a más de 40 familias de familias de sus viviendas para evitar mayores problemas. Como en 2003, los vecinos de las calles La Fuente, Vicente Oliver y Ramírez Figueras, se vieron obligados a abandonar sus casas la tarde del viernes 27 de febrero ante la irremisible llegada del agua. Los afectados no pudieron regresar a sus viviendas hasta última hora del domingo 1 de marzo porque el ritmo de descenso del agua, que alcanzó los 80 centímetros de altura (medio metro más que hace 12 años), era tan lento que prácticamente no se notaba. Finalmente, el lunes 2 de marzo los vecinos de estas tres calles trabajaron a destajo para tratar de sacar el agua del interior de sus viviendas e iniciar una limpieza a fondo que ha durado varios días. Cajas, colchones, barquillas llenas de objetos e incluso cabezales de cama, mesas y puertas. Mientras tanto, los servicios municipales limpiaron el barro acumulado en estas tres zonas del municipio.

Para entonces, el río seguía anegando las más de 1.000 hectáreas de la huerta buñuelera. Según explicó el alcalde Joaquín Portolés (UPN) se han perdido los cultivos de invierno, pero lo peor es los destrozos que habrá hecho en las infraestructuras y que no se podrán valorar hasta que se retire el agua de manera definitiva.

la huerta inundada En Ribaforada también se cumplieron las peores previsiones. A última hora de la noche del jueves se rompió el dique ubicado en la muga entre Fontellas y esta localidad, que convirtió la huerta de Ribaforada, de alrededor de 650 hectáreas, en un verdadero mar de agua. “Se han perdido todos los cultivos de invierno, imagino que también se habrán dañado las infraestructuras, nos obligó a cerrar la carretera de Fustiñana”, relató con impotencia el alcalde Jesús Mari Rodríguez, que aseguró estar cansado de que se repita siempre la misma historia. “Con 2.400 metros cúbicos ha cogido una altura impensable, no es normal que con esa cantidad de agua haya hecho semejantes estragos”. El primer edil ribaforadero se volvió a quejar de la falta de iniciativa de la CHE y del Gobierno de Navarra y “al final los paganos son siempre los mismos, los agricultores, que año a año o cada dos años ven como peligran sus explotaciones”. Rodríguez destacó que la situación crítica en la que quedan ahora porque “han perdido la cosecha de invierno y no podrán utilizar las tierras en bastante tiempo. Deberán, primero, alquilar nuevas tierras, al tiempo que arreglan las que se han inundado. Es un auténtico desastre”.

zona catastrófica Fustiñana tampoco se libró de la furia del Ebro y el Ayuntamiento va a solicitar al Estado la declaración de zona catastrófica. Así lo decidió el pleno reunido el pasado sábado 28 de febrero de forma extraordinaria después de que las motas se rompieran y arrasaran con todo el campo de la localidad. Además pedirán al Gobierno de Navarra que adopte las medidas “pertinentes a fin de prestar auxilio a los ayuntamientos, agricultores y vecinos afectados”. También pedirá a la Confederación Hidrográfica del Ebro (CHE) la reparación inmediata de los diques, algo que parece que asumirá según loas acuerdos con el Estado y creará una Mesa de Trabajo para coordinar las acciones de reparación y la evaluación de daños.

A los daños sufridos en el campo, hay que añadir que un agricultor de la localidad, Agustín Mozaz Ibáñez, de 69 años de edad, falleció en el interior de un tractor cuando se encontraba en un campo inundado por el río Ebro a las afueras de Fustiñana. Según todos los indicios el fallecimiento se produjo por causas naturales y no por ahogamiento.

Por último, en Cabanillas el agua arrasó con 200 hectáreas de campo tras la rotura de una mota, “Ha sido visto y no visto”, aseguró el alcalde Alberto Santos (PSN). Precisamente, esta localidad junto a Fustiñana, Arguedas y Valtierra fueron las más afectada por los cortes de carreteras que se produjeron en la Ribera. Durante varios días estuvieron cerrar al tráfico las vías regionales NA-126 (Tudela-Cabanillas), NA-5202 (Ribaforada-Fustiñana) y la NA-5211 (Buñuel-Fustiñana).

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l Desalojos. Algunos vecinos de las calles Vicente Oliver, La Fuente y Ramírez Figueras se resistieron a dejar sus viviendas. Entre ellos el matrimonio formado por Félix Vaquerizo (85 años) y Encarnación Pascual (83 años), que pretendía permanecer en el piso superior de su vivienda mientras pasaba la punta de la avenida. Al final, entre la Policía Foral y el alcalde Joaquín Portolés, les convencieron de que no podían quedarse allí.

l Cultivos. Ignacio Gil (Fustiñana) vio como sus 5 hectáreas de frutales y espárragos se han visto anegados por el agua pero confía en que la pérdida no sea total. “Depende de la rapidez con que evacue el agua. Si se queda una o dos semanas perderíamos el campo, pero confío en que esta semana se haya ido”.

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6.750

l Hectáreas. Están afectadas por las inundaciones en Fustiñana (4.500), Buñuel (1.000), Ribaforada (650) y Cabanillas (600).