Pocos montes de Navarra son testigos de grandes hitos de la historia de la civilización como lo puede ser Ibañeta (1.057 m). Situado entre Luzaide-Valcarlos y Orreaga-Roncesvalles, el collado guarda la paz que se respira en los pequeños pueblos pirenaicos de ambas vertientes. Es la puerta principal que une la Península Ibérica con el viejo continente, puerta que han atravesado celtas, musulmanes, romanos, francos, vascones? El susurro del viento que azota en lo alto del monte narra historias del pasado cuyas huellas siguen vigentes en el presente.
Desde la cima de Ibañeta se pueden contemplar los valles de la montaña navarra peninsular así como la llanura de los campos de la Navarra continental. En los días de niebla, el cielo y la tierra se acarician en el collado pirenaico. Allende los tiempos, para los pastores que habitaban en el entorno era un sitio sagrado donde rendían culto y practicaban sus ritos espirituales. Prueba de ello es el ara romana que Vázquez de Praga localizó en 1951 junto a la ermita antigua en la que se puede leer Soli/in, que los expertos interpretan como Sol invicto.
Al parecer, cuando el cristianismo comenzó a expandirse por el viejo continente, construyeron la primera ermita en lo alto de Ibañeta. Tal y como cuenta el historiador Jose Etxegoien, históricamente los lugares de culto de la religión católica se han construido sobre los escenarios sagrados y paganos. Según creencias del lugar, San Saturnino levantó la primera ermita del monte, que fue destruida por los musulmanes cuando cruzaron la puerta de los Pirineos rumbo a la conquista del viejo continente en el año 732.
Otra teoría cuenta que Carlomagno construyó una capilla en honor a su sobrino Roldán, que falleció en la conocida batalla de Roncesvalles en el año 778. No obstante, la primera referencia escrita de la ermita medieval data de 1071, y en 1110 es citada como Sanctus Salvator de Yuenieta. Al principio, perteneció al monasterio de Leyre y en el siglo XII pasó a ser propiedad de la colegiata. Según recogen los escritos, en 1127 se levantó el primer hospital de peregrinos en el alto de Ibañeta y pocos años después se trasladó al resguardo del monte, lugar en el que se construyó la Real Colegiata de Roncesvalles.
A la vera de la ermita, se ubica el camino que une Luzaide-Valcarlos con el resto de Navarra. En 2014, arqueólogos de Aranzadi Zientzia Elkartea localizaron dos miliarios que indican que la antigua calzada romana transcurría por las inmediaciones del lugar. “Es probable que las tropas de Carlomagno surcasen Ibañeta a través de este camino cuando regresaban a casa”, explica Etxegoien. Y es que, según recoge La Chanson de Roland, los vascones derrotaron cerca de Ibañeta a la retaguardia del ejército más importante que había en Europa en aquella época. “El historiador José María Jimeno Jurío dijo que la famosa batalla tuvo lugar en Luzaide y que tarde o temprano aparecerán pruebas que lo confirmen”, detalla. En 1934, con motivo del centenario de la aparición del cantar de gesta La Chanson de Roland, (fue localizado en Londres en 1834) se realizó una excavación en las proximidades de la antigua ermita y localizaron 12 cuerpos y seis monedas inglesas de los siglos X-XI. La noticia acaparó la portada de uno de los rotativos más importantes de Francia por aquel entonces. “Se llevaron los cuerpos a París y nunca supimos nada al respecto”, explica el historiador. Hubo voces que ligaron los cuerpos con los francos que murieron junto a Roldán.
Con el transcurso del tiempo, la batalla de Roncesvalles se ha convertido en un símbolo de Navarra. En 1934 se construyó el monumento a la Paz de los Pirineos en recuerdo al poema épico. “En enero de 1937, según alguna versión, el monumento fue destruido por una bomba, otros, en cambio, dicen que por una tormenta. Finalmente cayó en febrero de 1941, y actualmente queda parte del arco de piedra en el suelo”, matiza.
Dos décadas después, se decidió levantar la ermita actual (diseñada por José Yárnoz, arquitecto de la Diputación de Navarra) sobre los restos de la medieval y fue inaugurada el 25 de julio de 1965. Fue un acontecimiento muy importante en la zona y en aquel evento participaron los Bolantes de Luzaide. Poco después, en 1967, se erigió un monumento dedicado a Roldán (en 2005 fueron robadas las mazas y la espada de hierro) y en 1978, con motivo del 1.200 aniversario de la batalla de Roncesvalles, Junes Casenave Harigile organizó una pastoral suletina el 15 de agosto de aquel año. Este acto ocupa un lugar especial en la memoria de los habitantes de la zona; miles de personas subieron al alto de Ibañeta para disfrutar de una jornada llena de música, danzas...
Además de ser un lugar destinado al culto, la localización de Ibañeta, en plena muga y al lado de uno de los caminos más importantes de Europa, ha sido estratégica para realizar maniobras militares. Según detalla Jose Etxegoien, en 1793 se fortificó el entorno dentro de la Guerra de la Convención. Otro de los restos bélicos que se aprecian en la zona son los búnkeres o nidos de ametralladoras de la posguerra que las tropas franquistas construyeron dentro de la Línea Gutiérrez para evitar la invasión de maquis... (son de 1945).
Ya sea de una forma o de otra, Ibañeta siempre ha guardado la paz que se respira en los Pirineos, y así seguirá haciéndolo allende los tiempos.
1934. El primer monumento que se construyó en Ibañeta lo formaba un arco con una campana, un Arrano Beltza de hierro, una mesa con el relieve de Roldán (que murió en la batalla de Roncesvalles) y dos estelas en ambos lados. Actualmente queda parte del arco de piedra en el suelo.
2009. En 2009, el cineasta Olivier Van Der Zee decide grabar el documental La Chanson de Roldan. Con motivo de este acto, la arqueóloga Mercedes Unzu realizó varias catas arqueológicas en el entorno, donde aparecieron restos humanos junto a la ermita antigua. Al parecer, se trata de cuatro individuos medievales, una de ellos una mujer, de la segunda mitad del siglo XIII.
Estela. Entre la ermita y el monumento a Roldán hay una estela dedicada a la Virgen de Roncesvalles. Hay otra similar en lo alto del puerto de Mezkiritz.
15 de agosto. Desde hace más de 15 años, Etxabarrengoa Kultur Elkartea y Orreaga Fundazioa conmemoran la batalla de Roncesvalles en lo alto de Ibañeta. El acto contiene dos partes. El primero, el homenaje, lo realizan a los pies del collado, en el monumento dedicado a los vascones que lucharon en la batalla. El segundo lo desarrollan en lo alto del monte. Hace dos años decidieron dar un giro al evento y escenificar las tres batallas de Roncesvalles (778, 812 y 824). El acto concentra a centenares de personas.
50 años cuidando de ibañeta
Contemplado la historia. La ermita actual cumple sus bodas de oro en uno de los entornos más importantes de los Pirineos de Navarra. A pesar de que el tiempo en la civilización transcurre sin cesar, Ibañeta sigue escribiendo capítulos de la historia de los valles pirenaicos. Relatos que guardará con el fin de seguir contando a las generaciones venideras quiénes somos, de dónde venimos y a dónde vamos. - A.A.