mutilva - Es un hombre afable y llano, pero en sus ojos se percibe la experiencia adquirida con los años y el control de los entresijos de la política, no en balde ha sido el líder en la sombra del otrora influyente grupo independiente de la Mancomunidad de Pamplona. Habla con la seguridad de sentirse respaldado y con el aval de, en política, “no deber nada a nadie, más allá de a mis vecinos”. Muchos son los que quisieran saber cómo lo hace para perpetuarse en el poder, y él responde: “La clave está en no querer perpetuarse”.
¿Cuál es el secreto de la Candidatura Popular del Valle de Aranguren para que, elección tras elección y sea quien sea el rival, siga creciendo en votos hasta casi copar el Ayuntamiento?
-Yo creo que no hay secretos, simplemente cumplir los compromisos que asumimos, no prometer lo que no podemos cumplir, ser siempre sinceros y estar cerca de los vecinos.
Son la envidia de los denominados grupos independientes que, en contra de su caso, van desapareciendo de la Cuenca legislatura tras legislatura.
-En nuestro caso quizá lo tenemos más fácil que en otros por una sencilla razón: la candidatura no es más que la expresión de un movimiento vecinal que surgió en los 90 a raíz de la imposición del vertedero y, desde entonces o, mejor dicho, a raíz de aquello, nos conocimos, nos organizamos y hemos sido capaces de diseñar un Plan Estratégico y ponerlo en marcha logrando un modelo de gestión, basado en la garantía de los servicios, muy cercano a la ciudadanía. En otros lugares se heredan gestiones nefastas de otros grupos, aquí los propios vecinos constituimos el Ayuntamiento, los vecinos nos dotamos de una herramienta política que es la Candidatura Popular, los vecinos diseñamos el plan estratégico y los vecinos somos los que nos hemos encargado de ponerlo en marcha. Esa trayectoria, esa independencia y esa cercanía es quizá lo que explica la fortaleza de la CPVA.
Eso y que han sabido gestionar bien los ingresos extra del desarrollo urbanístico.
-Sí, eso también. Podemos presumir de que el Ayuntamiento del Valle de Aranguren es de los pocos con deuda cero y superávit y que ahora, cuando los ingresos por urbanismo están bajando, nosotros ya hemos culminado casi el 100% de las inversiones de nuestro plan estratégico. Aunque el mercado inmobiliario no remontara, hoy es el día que con los ingresos que tenemos podemos garantizar el mantenimiento de los servicios sin merma de calidad. El gran logro de estos años no es sólo el haber desarrollado las infraestructuras planeadas, sino haber conseguido un modelo de servicios sostenible que no genera deuda para los vecinos y que tampoco se basa en una presión fiscal asfixiante.
Lo que es curioso es que la experiencia de Aranguren se basa en un movimiento inverso a la dinámica municipal de los últimos años: en vez de emanciparse, los concejos se unieron para crear un único Ayuntamiento que aglutina todas las competencias. ¿Este modelo es exportable?
-Yo creo que es perfectamente aplicable a otros municipios de características similares. La cuestión es sencilla: el 80% de los servicios se concentran en una localidad que ejerce una especie de capitalidad, pero se apuntalan las inversiones y las partidas necesarias para que todos los vecinos, vivan donde vivan, puedan acceder rápidamente a esos servicios y a un coste simbólico. Aquí tenemos casi todo centralizado en Mutilva, pero hemos instaurado el taxi a la demanda para garantizar acceso rápido y barato a todos. En otros municipios podrían habilitar otras medidas. Además, desde el Ayuntamiento del Valle diseñamos y hemos cumplido dos premisas claras: además de los servicios citados, cada núcleo y concejo tiene que tener dos dotaciones propias, una casa concejil que actúa como centro social y de reuniones, y un frontón cubierto para garantizar usos deportivos y eventos. Sólo nos falta construir el frontón de Labiano.
¿Pero ese modelo organizativo no implica, a medio plazo, la desaparición de los concejos?
-Para nada y eso se ve en un dato: hay decenas de concejos en Navarra donde no se ha presentado ni una sola candidatura en las últimas elecciones y en los nuestros, aún sin tener competencias, se han presentado listas en todos. ¿Por qué? Porque las actuaciones que diseña el Ayuntamiento para cada concejo son debatidas con sus representantes y sometidas directamente al refrendo de la ciudadanía. Ahora que está tan de moda eso de la participación ciudadana, para nosotros ha sido una regla básica desde hace muchos años.
Volviendo a los resultados electorales, hay otra cosa que me llama la atención: como municipio rozan ya los 10.000 habitantes y pese a la llegada de nuevos vecinos, los resultados, a favor de la CPVA siguen inalterados.
-Yo creo que eso se debe a que quien viene a vivir al Valle conoce ya su idiosincrasia, ve que los servicios funcionan y que los vecinos apoyan mayoritariamente este modelo de gestión.
A ustedes, según el estudio de los datos del 24-M les apoyan gentes tanto de izquierdas como de derechas y eso es algo raro de ver.
-La verdad es que sí. Si se comparan los votos en el Ayuntamiento y en el Parlamento se puede decir que a la Candidatura Popular nos votaron la mitad de los electores que optaron por UPN en el Parlamento, casi todos los que votaron a Podemos y a Geroa Bai y, más o menos, la mitad de los que para el Parlamento votaron PSN o PP. Insisto en que la única explicación que le veo es que nosotros actuamos con una independencia real, en un ámbito exclusivamente local y con la prioridad absoluta en el cumplimiento de los compromisos adquiridos y en la cercanía a la gente. El hecho de que esta candidatura no haya perdido las raíces vecinales que la alumbraron en los 90 es la razón última que explica, a mi modo de ver, la aceptación entre la ciudadanía.
Eso y un amplio abanico de servicios que incluyen convenios de financiación o colaboración con todas las asociaciones y colectivos que hay en el Valle...
-La filosofía de este Ayuntamiento ha sido siempre la de respaldar las iniciativas vecinales y no excluir a nadie. Sólo pedimos que las actividades reviertan en beneficio social para el Valle, que impliquen la participación activa de los vecinos y que, en la medida de lo posible, deriven en actividades de formación. Es el caso por ejemplo de la banda municipal de música, que se nutre con alumnos de la Escuela de Música, o la coral del valle. También de todas las disciplinas deportivas que se subvencionan y que al final se vuelcan en la formación de nuestros jóvenes en el deporte que sea: atletismo, fútbol, ciclismo, tenis etc... El reflejo de esto es que en los presupuestos por ejemplo la primera parida de gasto es el deporte, con 1,65 millones, y la segunda los servicios sociales, con 1,22 millones. Pero ahí están también el centro 0-3 años (623.000 euros) o la Escuela de Música (433.000 euros en 2015).
Pasemos al plano de lo personal, ¿Manolo Romero es la CPVA?
-Para nada. La candidatura esta compuesta por centenares de vecinos que trabajan activamente en ella, pero a mi entender va más allá y lo que defiende se basa en el fenomenal trabajo que hacen los integrantes de la plantilla municipal y los vecinos que trabajan desinteresadamente en decenas de proyectos.
A día de hoy, con 20 años de experiencia, usted es el alcalde más longevo entre los de la Cuenca de Pamplona, pero ¿cuantos años lleva Manolo Romero en política?
-Empecé en 1983 como concejal del Concejo de Mutilva Baja y de ahí, poco a poco, fui asumiendo otras responsabilidades, pero siempre creciendo a base de adquirir experiencia.
¿Y cuantos años más le quedan?
-Yo sigo con todas las ganas del mundo y mientras tenga respaldo y fuerzas, estaré a disposición de mis compañeros y compañeras.
¿Le ha tentado alguna vez dar el salto a la política foral?
-Nunca porque considero que si me pasara a alguna institución mayor o a otra formación política estaría defraudando a los vecinos del Valle que, después de 20 años, han seguido apoyándonos.