elizondo. Las siluetas de los inolvidables arizkundarras, el txistulari Maurizio Elizalde y su atabalari Félix Iriarte, han vuelto a la plaza que les dedicó Elizondo por su inestimable labor conservadora y mantenedora del folklore, en especial del mutildantza, autóctono. El original de menor tamaño lo hizo en cobre Bixente Ballarena y el ‘arotza’ (herrero) Zaldain culminó la tarea. La ligera sujeción se rompió por el zarandeo de los chavales (Mayi Juanikotena la volvió a soldear al menos una vez) y llevaba olvidada cuatro años y medio, hasta que el pueblo la ha repuesto como se merece. Foto: Ondikol