en crisis desde hace más de 15 años, la industria del alabastro del valle del Alhama (Cintruénigo, Corella y Fitero) ha visto en menos de dos décadas cómo casi desaparecía la que era la principal fuente económica de una localidad de más de 7.000 habitantes como Cintruénigo. En este tiempo se ha pasado de más de veinte empresas dedicadas a su tallado a solo dos que trabajan en la Ribera a pleno rendimiento y alguna más que lo hace de modo ocasional. En el año 2006 ya se trató de realizar varias iniciativas como crear la DO Alabastro de Navarra, pero el estudio que se pensaba realizar para tratar de reflotar esta industria sólo fue apoyado por tres de las 15 empresas implicadas.

exposición El pasado fin de semana se inauguró en Cintruénigo una exposición permanente del alabastro a cargo de la empresa local Aljifer, formada por Enrique García Sesma, José Fernández Navascués, Ángel Alduán Benito y el fallecido Jesús Jiménez Buñuel, que la pusieron en marcha hace 25 años. Después de décadas de suponer el 90% de la actividad industrial del municipio, en la actualidad Aljifer es la única empresa de Cintruénigo que se dedica a trabajar el alabastro como única actividad y queda otra en Fitero.

Dicha exposición, que contará con la incorporación de cuantas novedades se vayan produciendo, se encuentra en la tercera planta de unos pisos de la antigua Caja de Ahorros de Navarra cuya fachada principal da a la plaza del Ayuntamiento. La muestra permanente está orientada a “internacionalizar el producto” y por ello no han regateado esfuerzos para sacarla adelante.

En la misma se pueden contemplar trabajos destinados a la arquitectura, iluminación, artesanía decorativa y arte funerario llevando ya dos años introducido en Estados Unidos. Junto a la exposición, la empresa ha dedicado una parte del local a alojamiento para posibles clientes, por lo que han habilitado dos habitaciones con sus correspondientes aseos y un salón de estar.

Según comentó uno de los socios de la empresa, Enrique García, “nuestra apuesta de futuro es clara y a pesar de los muchos problemas, no queremos dejar morir una actividad artesanal que en sus tiempos fue la base de la economía local con más de 22 empresas, algunas de las cuales llegaron a tener entre 80 y 100 empleados”. En toda la Ribera llegó a haber 27 empresas.

apoyos En la época dorada del trabajo del alabastro en el Valle del Alhama eran más de 800 personas las que de forma directa vivían de este materia prima que procedía de localidades aragonesas como Quinto de Ebro y Fuentes de Ebro.

Los responsables de Ajifer demandan la necesidad de recibir apoyos de las instituciones forales y locales. Actualmente la plantilla de su empresa la componen entre 10 y 11 trabajadores.

En el acto de inauguración estuvieron presentes las autoridades municipales que mostraron todo su apoyo a esta iniciativa, aunque Enrique García señaló que las intenciones “parecen buenas pero falta concretar posibles ayudas o impulso municipal, y que no quede en buenas palabras”. Antes de que comenzara la crisis económica en 2008, este sector ya vivía su particular crisis motivada por la mano de obra barata de países como China.