S erá el día 25, según es creencia antigua o está oficialmente establecido, festividad de la Anunciación de la Virgen María en el santoral y Viernes Santo este año, lo que parece un tanto contradictorio, pero será en esa fecha cuando el kuku (el pájaro cuco o cuclillo, Cuculus canorus) pase “bajo el puente de Roma” y a tres días después llegue a Euskal Herria y se le oiga (verlo ya es otra cuestión) entre nosotros. El puente de Roma no es otra cosa que el arco iris, la Vía Láctea según otros, pero sea como sea, es idea de las más bellas que bullen en la mentalidad popular vasca.
El kuku es ave por demás parasitaria y con fama de gorrona y aprovechada, pues es sabido que deposita sus huevos en nido ajeno (en particular, en el de la picaraza o pika para nosotros, que según observo es cada vez más abundante en las cercanías de los núcleos urbanos) para que se los incuben y los críen hasta que estén en disposición de marcharse y buscarse la vida. En torno al kuku, que es pájaro listo y huidizo, que no se deja ver con facilidad a menos que lo busques por dónde acostumbra y te lo encuentres para fotografiarlo a distancia, como es el caso de Josetxo Apeztegia, de Sunbilla y de la familia, que lo “caza” (fotográficamente hablando) todos los años e ilustra esta parrafada, existen numerosos dichos y refranes populares.
Así, de él suele decirse que “cuando el cuco llega, entonces es primavera y si aún no llegó, es que la primavera no comenzó”, y también que “entre marzo y abril, el cuco sale de su cubil y con la nieve no quiere venir” así como que “kukuek kanta-tzean, euri eta eguzki”, aludiendo a la postrera batalla entre invierno y primavera, de meteorología alterna y cambiante. La fecha más tardía para su arribada se sitúa en el 3 de abril, el día 4 la más tardía, festividad de San Benito de Palermo (quizás de ahí lo de el “puente de Roma”) pues igualmente se dice que “a tres de abril, el cuco ha de venir” o aún otro decir más pesimista: “Por san Benito, o viene de camino el cuco o es que ha muerto”.
Cantor de ciclo corto, se le atribuye asimismo que “al cuco , san José le da el habla y san Pedro le hace mudo”. Ya se dice, además, que al kuku oirás pero no lo verás, porque permanece y se asienta entre la fronda o en parajes muy enramados donde se oculta a la vista. Pues además de llegar y traernos la primavera, es creencia que es portadora de fortuna (el despertar de la tierra, el inicio de las tareas del campo que facilitarán sustento al género humano) y que por si acaso se le oye cantar y aún más si es visto, conviene llevar algunos billetes o monedas (tarjetas de crédito igual también sirven) en el bolsillo, pues tal coincidencia asegura que a quien lo vea no le faltará dinero durante el año.
Curioso el cuco, espabilado y listo se le considera, como al Cuco Ziganda siempre en la boca del gol, y ave que nos trae un nuevo tiempo, la estación de flores y de alegría. El cuco nos trae ganas de vivir. - L.M.S.