barásoain - Gracias a la labor realizada durante los tres últimos años por el historiador local Joaquín Roldán (con la ayuda de Ángel Albán), Barásoain puede presumir de un archivo municipal digno de las grandes ciudades, ordenado a conciencia para facilitar la búsqueda de la información que contiene. Y es que hasta ahora cumplía más las funciones de “un almacén que de un archivo” reconoce la alcaldesa Rita Roldán, por lo que se “tardaba mucho en encontrar la documentación”. Ahora, sin embargo, se ha creado una base de datos para agilizar su búsqueda, previa catalogación y ordenación de los 9.924 expedientes contabilizados, que se han distribuido en 892 cajas y 25 carpetas, debidamente etiquetadas.
Toda esta información se ha guardado en una sala independiente de 52 m2 situada en la casa consistorial y rehabilitada a tal efecto. En concreto, se han sustituido las viejas estanterías metálicas por otras de madera, se ha adecuado la iluminación a la nueva distribución de las estanterías (que ocupan 190 metros lineales) y se ha dotado la sala tanto de una amplia mesa de trabajo como de equipamiento informático con conexión a Internet y escáner, encuadernadora y plastificadora “para servir eficazmente de apoyo a la gestión municipal y de atención al público facilitando los medios para los investigadores”, informa el consistorio a través de su web, donde se desvela también que el documento más antiguo encontrado en el archivo data del año 1571, siendo la Sentencia de Martín de Azpilcueta sobre el nombramiento del vicario. Completan el archivo libros de actas y cuentas a partir del año 1732, libros de quintas y documentación sobre la Valdorba.
Roldán y Albán, que han reorganizado la documentación de forma voluntaria, han realizado además una base de datos del Registro Civil y están recopilando información sobre vecinos ilustres tales como el propio Martín de Azpilcueta; el arzobispo de Manila, José Julián de Aranguren; o el Maestro Turrillas. “Nuestro anhelo es publicar algunos de los documentos más relevantes y que, una vez puestos los medios, se realicen investigaciones que acerquen nuestra historia a los ciudadanos”, comentan.
Libro y puertas abiertas Por otro lado, Roldán adelanta que su idea es realizar una jornada de puertas abiertas para que “los y las vecinas conozcan el archivo municipal y aprendan cómo se puede trabajar en él” y que escribirá un libro sobre la materia. Asimismo anuncia que enviará una copia de la información relativa a la Valdorba a los diferentes municipios del Valle, a quienes se muestra dispuesto a prestar sus servicios para valorar el estado de conservación de sus archivos. Y es que la realidad es que hoy por hoy “no hay ayudas públicas para tener los archivos locales con un mínimo de eficacia para la propia gestión municipal y mucho menos para cumplir con rigor con la debida atención al público”, lamenta.