burlada - Personas que tienen “muy poca cabida” en la sociedad. Desde la infancia muchas veces arrastran problemas que, en lugar de resolverse, se van “acrecentando”. Personas “sin techo, en situación de exclusión pero con “deseo de acompañamiento y superación” son las que encuentran “apoyo” en esta nueva residencia. “Cada uno de los usuarios tiene una persona como referente que trata de dar una solución a todos sus problemas económicos, familiares, laborales, sociales...desde el propio centro y desde otros recursos de Cáritas”. Así describía la filosofía de la residencia su directora Juana María Belzunegui, religiosa de la Caridad.

El nuevo centro Santa María tiene capacidad para atender a 40 personas de ambos sexos (28 hombres y 12 mujeres) aunque de momento acoge a 14 hombres, con los que se trabaja “procesos de cambio para favorecer su incorporación social”. Cuenta con tres plantas y una zona común donde se encuentra la recepción, el comedor, la sala de actividades y las zonas comunes. La residencia está dirigida y atendida las 24 horas por la Congregación de las Hijas de la Caridad junto con un equipo de voluntarios. Cáritas ha invertido cinco millones de euros, cantidad aportada íntegramente por donaciones privadas, en el edificio de la calle Ronda de las Ventas 29 de Burlada, junto al centro ocupación San Francisco (150 plazas), dependiente de la misma entidad benéfica.

El arzobispo de Pamplona Francisco Pérez bendijo el nuevo “centro de acogida, un hogar para personas que están sólas como dice el Papa”, en un acto en el que estuvieron presentes el delegado de Cáritas Diocesana de Pamplona Ángel Iriarte, y la directora gerente de la Agencia Navarra de Autonomía Desarrollo de las Personas del Gobierno foral, Gema Manú. Por parte de la Corporación municipal sólo asistieron concejales de UPN y la responsable de Servicios Sociales de Base Maribel Ilundáin. Precisamente desde el Ayuntamiento ya conocen el recurso ya que en agosto llamaron a sus puertas con el caso de una chica de 19 años que necesitaba salir del entorno familiar y que no tenía ni habitación ni renta básica. También asistieron el coadjutor de la parroquia de San Juan Javier Arbilla, el párroco de San Blás Alfredo Urzainqu, y el párroco de Villava Tomás Azparren.

Algunas de las personas que acuden a la residencia trabajan en los talleres ocupacionales de Cáritas donde desempeñan diferentes trabajos contratados a su vez por diferentes empresas (embalaje, envasado de alimentos). Empleos que cumplen “todos los procesos de calidad” y por los que reciben una remuneración. Puertas adentro de la residencia hay diferentes problemáticas: salud mental, drogodependencias, calle... Es un recurso de “corta, media y larga estancia”: “Pueden estar seis meses o dos años, depende de cada proceso”, expusieron las religiosas.

Su estreno ha supuesto por otro lado el cierre del comedor social situado en la calle Joaquín Azcárate, un local cedido por la Fundación Caja Navarra. Más de 80 personas comen a diario y acuden usuarios del taller ocupacional.

Ángel Iriarte destacó la “larga travesía” de 14 años que ha precedido a la puesta en marcha de este proyecto desde que el 1 de septiembre de 1988 Florentino Ezkurra firmara un convenio con el entonces consejero foral de Hacienda para el arrendamiento del centro Santa María (calle Mayor de Burlada) “a una peseta al año, con la condición de que continuara su labor de atención a personas con discapacidad”.

Sin embargo, el centro de Recoletas de Cáritas no cumplía las condiciones de modo que entre 2002 y 2003 se solicitó sin éxito al Gobierno foral su devolución. En 2009 se construye el centro San José en Etxabakoitz y no es hasta noviembre de 2012 cuando el edificio de Burlada regresa a manos de Cáritas. Los técnicos decartaron su “rehabilitación”, relató Iriarte, y tras las conversaciones mantenidas con el Ayuntamiento de Burlada, éste manifestó su interés por liberar el solar (futura plaza) y permutar parcelas. La operación se firma con el ex alcalde Juan Carlos González en octubre de 2013 (Cáritas cedió al Ayuntamiento el solar de la calle Mayor a cambio de estos terrenos y la cesión de las dependencias del almacén municipal para taller ocupacional). El traslado se llevó a cabo el pasado 20 de junio. Del coste de la obra, cuestionó el hecho de que proyectos sociales como éste tengan que pagar 977.520 euros en impuestos.