beriáin - El colegio público de Beriáin está muy viejo y necesita reformas de calado. Nada que no se supiera ya. Por eso mismo hay que insistir. La apyma del colegio, cansada de informes, reuniones con grupos políticos o visitas parlamentarias, ha vuelto a reclamar soluciones urgentes para paliar las graves deficiencias estructurales del edificio en el que estudian sus hijos.

“Tenemos la suerte de contar con un colegio público en la puerta de casa. Para nosotros es un lujo que nuestros hijos vayan y vuelvan del colegio en un paseo de no más de cinco minutos. La calidad de la enseñanza y la educación que reciben nuestros hijos es admirable”, aseguran en una nota.

“Pero nuestro centro está muy viejo. La primera parte se construyó en 1969. Se amplió nueve años después con materiales de muy baja calidad que exigieron una reforma a los seis años y otra a los 10 años. En definitiva, es un edificio mal construido que sufre de un serio envejecimiento prematuro. Son muchísimas las niñas y niños que han pasado por este centro y a pesar de que el Ayuntamiento de Beriáin ha destinado durante estos años no poco dinero a su mantenimiento, parece que ha llegado el momento de hacer algo más”, continúan.

“En numerosas ocasiones tanto el Colegio como el Ayuntamiento han trasmitido al departamento de Educación la necesidad de la construcción de un nuevo centro. La Comisión de Educación nos ha visitado en dos ocasiones y ha habido no pocos encuentros, reuniones y contactos tanto con los directores generales del departamento y con grupos políticos en los últimos años. Después de la última visita de la Comisión de Educación en abril, en la que estuvimos presentes, la impresión que nos quedó es que esta vez era la definitiva. Todos concluyeron que nuestro centro necesitaba una reforma integra”, dicen.

las deficiencias Desde la apyma señalan por ejemplo que, por un problema de alcantarillado, los días de lluvia se forma una gran piscina en la salida de los niños de infantil. “El agua les cubre hasta casi las rodillas”, aseguran. Los niños pasan mucho frío en pasillos y aulas en las semanas duras de invierno. El gimnasio (patio de recreo en esos días fríos) soporta los mismos decibelios “que una discoteca o una cortadora de césped”. Los más pequeños dicen que han tenido clase en “la casita”, la antigua vivienda del conserje “más que estropeada”. Y, lo más grave, “el edificio sigue teniendo una cubierta de amianto. No hace falta dar más explicaciones. Nadie desearía pasar una parte importante de su jornada bajo un techo de un material prohibido en 2002 y que puede provocar serias enfermedades. Mucho menos lo querría nadie para sus hijos”, lamentan.

“Son ya demasiados estudios, informes y visitas. No creemos que hagan falta más. El último informe de los técnicos del Ayuntamiento valora la reforma en 1,3 millones de euros. No podemos seguir acogiéndonos a las subvenciones anuales que tienen un tope de 50.000 euros, ya que tardaríamos unos 20 años, como poco, en tener un centro mínimamente digno. La impresión que nos queda cada vez que se nos informa de que lo van a estudiar es que nos están dando largas. Necesitamos una solución ya. Es hora de que se tome una decisión. Y pedimos que se destine la partida presupuestaria necesaria para dar una solución definitiva al centro”, concluyen. - D.N.