PAMPLONA. Los retrasos que se vienen registrando en los servicios sociales de Pamplona, con una lista de espera que en octubre alcanzaba a 1.599 personas en el conjunto de las 12 unidades de barrio, han llevado a los vecinos de Santa María la Real y de Lezkairu a reclamar al Ayuntamiento que se agilicen las atenciones.

En estos momentos, las citas para acceder a la primera asistencia de los equipos de base de la Milagrosa están siendo concertadas en la segunda semana de febrero, una demora excesiva dadas las necesidades existentes según denuncian desde la asociación de vecinos de Santa María la Real.

Su presidenta, Margarita Agudo, indicó que 300 personas del barrio dependen del banco de alimentos y otras 16 familias recién llegadas a Lezkairu se encuentran en parecida situación. De ahí que en la reunión que mantuvieron la semana pasada con el concejal de barrio Javier Leoz (Geroa Bai) reclamaran soluciones urgentes y recordaran el compromiso adquirido hace casi un año por la concejala delegada de Acción Social Edurne Eguino (I-E), para mejorar la atención de tal forma que al menos una vez al mes acudiera el asistente social al barrio.

La forma de agilizar la atención y el aumento en las listas de espera son cuestiones que los responsables del área están analizando. En el caso del programa de acogida -el primero que se presta- es especialmente significativa la subida registrada en la Milagrosa, donde se ha pasado de 20,87 semanas de espera en mayo, a 33,43 en octubre. En esta fecha, había 392 usuarios pendientes de atención en el programa de acogida, 12 en el de autonomía y 4 en infancia.

El problema se agudiza en un barrio como la Milagrosa, que junto a Rochapea y Chantrea concentran el 41% de las atenciones que prestan los equipos de base en Pamplona. Y sobre todo para los vecinos de Santa María la Real y Lezkairu, por las dificultades añadidas de tener que trasladarse a las instalaciones de la unidad de barrio de la Milagrosa, de la que dependen, ubicada casi en el límite con Azpilagaña. “Muchas son personas mayores y tener que desplazarse tan lejos no es sencillo”, comentó la presidenta de la asociación vecinal de Santa María la Real.

Fue la demanda más importante que trasladaron en la reunión de la semana pasada con el concejal de barrio, a la que acudieron casi medio centenar de personas, bastantes de ellas residentes en Lezkairu.

actuaciones en marcha Junto al edil Leoz hicieron un repaso por las actuaciones que se están llevando a cabo y las reclamaciones que siguen pendientes, algunas de las cuales fueron conocidas por el alcalde Joseba Asiron durante una visita que realizó a mediados de junio con un grupo de vecinos de Santa María la Real.

Uno de los lugares que incluyó el recorrido fue la travesía Pico de Orhi, donde ahora se está procediendo a arreglar una rampa que por su pronunciada pendiente apenas tenía uso. También se va a construir una pequeña zona de juegos infantiles y a rebajar los bordillos de la mediana, otra de las antiguas demandas de los vecinos.

En la travesía Monte Mendaur se están ejecutado diversas obras en el pavimento, que incluye la colocación de baldosas. Además, está aprobada la instalación de un baño portátil en el parque Tomás Caballero. El total de estas inversiones, según expuso en la reunión el concejal de barrio, supera los 100.000 euros.

Por lo que se refiere a las demandas pendientes, los vecinos volvieron a reclamar que el autobús urbano nocturno atraviese la calle Tajonar para permitir el acceso del vecindario, sobre todo el de Lezkairu. Cabe recordar que existe un acuerdo del Pleno municipal en este sentido, aunque la decisión definitiva corresponde a la Mancomunidad.

Javier Leoz también recogió la solicitud de que la biblioteca del barrio tenga los mismos horarios que la biblioteca de San Francisco.

Una de las demandas más presentes en el barrio es la necesidad de contar con un local comunitario, que además pudiera servir como zona de lectura, ludoteca y espacio de reunión.

Las salas disponibles en el antiguo colegio José Vila, donde se levanta el civivox de Milagrosa-Arrosadía, podrían ser la mejor opción, aunque también se planteó hacerlo en la parcela donde estuvo el campamento chabolista de los rumanos hasta junio.

Tres en uno. De la unidad de barrio de la Milagrosa dependen también los vecinos de Santa María la Real, sumando más de 14.700 habitantes, a los que hay que añadir los del nuevo Lezkairu.

Visita del alcalde. En medio de la polémica con el campamento chabolista, el alcalde Asiron y el concejal de barrio Javier Leoz (Geroa Bai) hicieron una visita por la zona para conocer algunas de las demandas vecinales. Varias de ellas -calle Mendaur y travesía Pico de Orhi- están siendo atendidas, pero siguen reclamando un local comunitario y mejoras en el patio del antiguo colegio de José Vila.