tudela - Varias pintadas con frases y lemas satánicos aparecieron ayer lunes en la fachada de la ermita de Santa Quiteria, situada muy cerca del cementerio de la capital ribera. En la puerta de entrada se podía leer Dios ha muerto mientras que en el resto de las paredes eran visibles cruces boca abajo pintadas o la frase Non serviam, también junto a una cruz girada. La expresión latina Non serviam equivale a no serviré y se atribuye generalmente a Lucifer (el ángel caído según la religión católica) cuando expresó su rechazo a servir a Dios. Hoy en día non serviam también se usa o conoce como lema por grupos que quieren expresar disconformidad contra las estructuras organizativas aceptadas por la mayoría. Ayer UPN, a través de Twiter condenó “las pintadas insultantes” y pidió que “los responsables sean descubiertos”.
No es la primera vez que la ermita de Santa Quiteria recibe pintadas y sufre acciones que tienen como intención profanar este pequeña ermita muy popular en la capital ribera. Se conocen al menos hasta tres acciones anteriores en 1932, 1990, 2001, además de la de ayer.
En octubre de 2001 entraron dentro y además de dejar botellas, dañaron la imagen de San Franco de Siena y dejaron varios objetos sobre el altar, además de pintar lemas como “el anticristo está con nosotros” o “peña la 666”, si bien la Policía Nacional negó que pertenecieran a ningún grupo satánico.
El 4 de septiembre de 1932 el periódico El Ribereño Navarro relata cómo “piadosas mujeres observaron que las imágenes de la santa titular, San Franco y otra más, yacían por el suelo, que las sacras y crucifijo del altar estaban tirados y rotos”. Para el autor de la noticia, el móvil del suceso no era el robo sino “que los asaltantes quisieran hacer una manifestación de su irreligiosidad e impiedad y dejar señales de su presencia en la ermita, de gran veneración en la ciudad”.
Este tipo de actos se han repetido en numerosas ocasiones pero siempre se ha barajado que eran gamberradas nocturnas que provocaron conmoción entre los vecinos. - Fermín Pérez-Nievas