PAMPLONA- Pamplona está quedándose atrás en el desarrollo de la movilidad ciclista, mientras las vecinas Donostia o Vitoria-Gasteiz, o aún más cerca, localidades de la Comarca de Pamplona, como Mutilva, Sarriguren o Ansoáin le pasan por encima. Porque en lo que a vías ciclistas se refiere, la capital es una maraña realizada a petachos difícil de interpretar, sin conexiones claras ni estrategia global, lo que hace que los potenciales ciclistas no se animen a sacar la bicicleta a la calle y utilizarla.
Así lo dicen los estudios. Esta misma semana se anunciaban algunos datos que dan una idea de la situación. El 77,2% de las personas que han participado en una encuesta del Ayuntamiento sobre movilidad señalaron que para que usaran más la bici en Pamplona tendría que haber más infraestructura ciclista, esto es una red ciclable segura. El área de Ecología Urbana está en estos momentos en la primera fase de elaboración y redacción del Plan de cliclabilidad 2017-2022. Se está trabajando en el diagnóstico de la movilidad ciclista en la capital y en definir las mejoras concretas que se realizarán en la red existente. En 2018, una segunda fase detallará técnicamente, por un lado, las características de la nueva red ciclable y, por otro, la planificación y programación de las intervenciones propuestas con objeto de implantarlas.
Pero ¿qué opinan los colectivos ciclistas? “La calidad de las vías ciclistas es un claro indicador del grado de interés, voluntad y compromiso de un Ayuntamiento en defensa de la movilidad ciclista”. Esto opina la Asociación de Medios de Transporte Saludable (AMTS), cuyos responsables observan que, en estos momentos, se detectan una serie de carencias importantes de las vías ciclistas de la ciudad, y lo que es más grave, “no se está atendiendo a los criterios técnicos de homologación”.
Según los estudios realizados por los cicloturistas de AMTS, los criterios a tener en cuenta a la hora de planificar o establecer una vía ciclista deben ir destinados a buscar un equilibrio entre el camino “más corto, el camino más seguro y el camino más cómodo”. Las vías ciclistas deben, además, plantearse entre “puntos de origen y destino de interés general”, lo que sería la conectividad, por ejemplo, entre el centro de la ciudad y las universidades, o entre el centro y la zona hospitalaria. Y un aspecto importantísimo a la hora de establecer y diseñar las vías ciclistas en una ciudad debe ser la “homogeneidad” y que el diseño sea “fácil de interpretar”.
Pero esto en Pamplona no pasa. No hay más que ver las calles de la ciudad y las fotografías de este reportaje para darse cuenta de las múltiples variantes y tipologías de vías ciclistas que se han acondicionado por las calles, cuando, según el colectivo de ciclistas debería mantenerse un mismo modelo, “y con una señalización uniforme”. Porque ahora mismo solo un ciclista avezado podría reconocer cada tipo de vía ciclista planificada en la ciudad y hasta dónde llega. Por eso, hay bicis en Pamplona circulando por la calzada, que en un momento dado se meten en una vía ciclista, y después hasta se suben a la acera. Es el resultado de una planificación realizada a petachos, y sin una visión global, carriles bici que se diseñan primero en una acera y después, de forma ilógica, cambiando a la de enfrente, o recorridos que obligan al cicloturista a realizar giros imposibles de 90 grados, como en la calle Sebastián Albero. Problemas que la ciudadanía detecta. De hecho, una encuesta que realizó CIES durante la campaña electoral de las últimas elecciones municipales al Ayuntamiento de Pamplona, dejó patente que la carencia de vías ciclistas en muchos barrios de Iruña era uno de los principales problemas de la ciudad.
Los errores siguen sucediéndose de legislatura en legislatura. En los anteriores mandatos de UPN las políticas de movilidad se dedicaron a encajar vías ciclistas donde cabían, y se inventaron una línea discontinua en la acera, originando uno de los problemas de movilidad más importantes de los últimos años, al subir las bicis al espacio que estaba reservado para los peatones, la acera, creando el conflicto. Los representantes de AMTS opinan que a la hora de planificarse y diseñarse las vías ciclistas de la ciudad “no se está atendiendo a los criterios técnicos de homologación de las vías ciclistas”, y una cuestión muy curiosa: “Las vías ciclistas nunca se han pintado en Pamplona”. ¿Por qué razón? “En las ciudades donde se integra la bicicleta sí se pinta, tanto en ciudades europeas como en otras del Estado. No hay más que mirar Sevilla, Zaragoza, Vitoria, Donostia-San Sebastián, etc”, añaden.
NO ESTÁ PINTADO No hay más que revisar las últimas intervenciones llevadas a cabo en la ciudad, los últimos tramos de vías ciclistas acondicionados en nuevos desarrollos como Arrosadia, en el entorno de la Universidad Pública, en la zona del Sadar o en el nuevo Lezkairu, para comprobar que no hay bidegorri o carril bici de color rojo, o verde, por ejemplo, pintado en el suelo, cuando este detalle sería muy importante para que los ciclistas potenciales interpretaran que esa vía está protegida y la utilizaran. “Pintar las vías ciclistas no es un fin en sí, sino un medio para que los distintos agentes implicados (peatones, conductores, etc.) sean perceptivamente más atentos en respetar este espacio exclusivo de los ciclistas”, pero además “un pavimento atractivo, por ejemplo de color diferenciado, o una señalización específica, son elementos de diseño que pueden contribuir a hacer la red más atractiva para los ciclistas potenciales”.
Porque si no se hace un carril bici atractivo y seguro, que dé confianza, no se va a utilizar. Desde AMTS, los cicloturistas opinan que “con los cambios de legislatura es cierto que los políticos cambian, pero los técnicos de Urbanismo siguen siendo los mismos”, por lo que “los errores se repiten”. En este sentido, AMTS recuerda que “en numerosas ocasiones, hemos facilitado manuales y libros a los técnicos del área de Urbanismo, y, de hecho, en legislaturas anteriores, nos hicieron consultas sobre ciertas dudas”, pero “no entendemos por qué en esta legislatura no nos tienen en cuenta”, cuando “podríamos aportar soluciones a problemas concretos de la ciudad”.
Un ejemplo, “para solucionar el problema actual del cierre de la pasarela sobre el Labrit”, que antes utilizaban los ciclistas para ir del Casco Viejo al II Ensanche sorteando la carretera, “bastaría con poner en las escaleras” que llevan a la trasera de la plaza de toros un riel con sección U para subir y bajar las bicicletas sin esfuerzo”. Y lo mismo podría realizarse “en las escaleras de acceso al aparcamiento de bicis de la plaza de los Burgos”, precisan.