lekunberri - Mientras que en el exterior nieva y el mercurio ronda los cero grados, en casa Plazaola de Lekunberri Koldo Monreal te recibe en manga corta. Y es que la temperatura ronda los 21º-22º pero con un aporte mínimo de calefacción por suelo radiante, solo en la planta baja de la vivienda, de unos 200 metros cuadrados y espacios abiertos. En la primera, sin ninguna fuente de calor, desciende unos dos grados, la temperatura ideal para el descanso, como apunta. “En calefacción, refrigeración y agua sanitaria gastamos 299 euros al año”, asegura. Y es que es una vivienda Passivhaus, una casa pasiva, una manera de construir que se basa en cinco principios fundamentalmente: envolvente térmica continua, control riguroso de los puentes térmicos, carpinterías y vidrios de calidad, hermeticidad y ventilación mecánica con recuperación de calor.

Así, se consigue reducir en un 90% las necesidades de calefacción y refrigeración, una casa caliente en invierno y fresca en verano, tal y como destaca Koldo Monreal, que vive en Plazaola Etxea con su familia numerosa desde hace cuatro años. Además, es la primera vivienda del Estado y décima en Europa en obtener la certificación de edificio de consumo de energía casi nulo, otorgado por el Instituto Passivhaus hace unos días. Para ello, el consumo de energía primaria debe ser inferior a 120 kwh/m2 año y el consumo para calefacción y refrigeración inferior a 30 kw/h por metro cuadrado al año.

Koldo Monreal llegó a este modelo hace 5 años, cuando estaba construyéndose una casa en Lekunberri y acudió a una charla sobre Passivhaus en Hondarribia. “En sólo 15 minutos me di cuenta de que estaba haciendo una casa vieja y yo quería una casa nueva”, recuerda. Pronto realizó tres llamadas. Al arquitecto, para que parase la obra, al constructor, para que tirase la casa hasta cota 0 y a su mujer. “Pensaba que estaba loco”, apunta. También muchas personas que no se creían que en Lekunberri se podría calentar una vivienda sin un buen sistema de calefacción y que pronto llamaron a la puerta para comprobarlo.

Si bien reconoce que principalmente se llega a este tipo de edificaciones en busca de la eficiencia energética y el subsiguiente ahorro económico así como menor impacto medioambiental, señala que las principales ventajas de este tipo de edificaciones son “el confort y la salud”. Lo cierto es que el interior de casa Plazaola se respira un calor sano, a lo que hay que unir que no hay ruidos, ni olores. Tampoco condensaciones de humedad que pueden originar el cultivo de hongos ni acumulación de polvo ni moscas.

CALIDADEs DEL AIRE “El ser humano consume cada día un kilogramo de alimentos, bebe en torno a 2,5 litros de fluidos y respira unos 15 kilos de aire al día. Se suele decir que somos lo que comemos pero aún mas somos lo que respiramos”, afirma Koldo Monreal. Al respecto señala que en las casas pasivas “se descansa mejor” porque se renueva el aire del espacio.

“El confort se puede medir”, asegura. Así, muestra la monitorización de su vivienda y los datos que obtiene en cuanto a consumos, parámetros de eficiencia, mediciones higrométricas y gráficos diversos. “Es una realidad. Todo se calcula y se mide. Por ello es muy importante hacer un cálculo en papel que después se verifica”, apunta. Y es que se realizan pruebas de Blower Door, que miden las infiltraciones de aire externo de la vivienda y estudios termográficos.

En relación al sobrecoste que supone construir edificaciones bajo el estándar Passivhaus señala que es en torno al 3-5% en bloques de piso y del 5-8% en el caso de viviendas unifamiliares, otra forma de edificar en la que Navarra es un referente. En este sentido, Koldo Monreal apunta que la construcción de un bloque de viviendas de Soto de Lezkairu, el primero realizado en el Estado, proyecto en el que ha participado su empresa, Onhaus, que ha apostado hacia ese modelo de construcción procedente de Alemania, donde surgió en los años 90. Se ha especializado en hermeticidad e infiltrometría, gestionando en su conjunto la calidad de aire en el interior de edificios. También ha intervenido en la Torre Bolueta, en Bilbao, el edificio residencial más alto del mundo realizado, la biblioteca de Villamediana de Iregua y otros muchos proyectos que le llevan a viajar a menudo. También trabaja en la formación de nuevos técnicos, clave para el desarrollo de este tipo de edificaciones.

El estándar Passivhaus también se puede aplicar en viviendas ya construidas tras una rehabilitación siguiendo los criterios Enerphit. “No hay semana que no venga un vecino preguntando como se puede hacer”, apunta Koldo Monreal. Al respecto, destaca la importancia de realizar un buen diagnóstico a través de un consultor Passivhaus. “Hay que hacer un estudio paso a paso, sin crear patologías en el edificio”, observa. “Se tiende sobre todo al aislamiento y al cambio de la carpintería exterior pero se tiende a olvidar la hermeticidad, el doble flujo de ventilación mecánica y reducir los puentes térmicos”, observa. “La vivienda es la mayor inversión que realiza una familia. Tenía que estar más regulado”, añade.

Por otro lado, recuerda la directiva europea que establece que a partir del 31 de diciembre de 2020 todos los edificios de nueva construcción deben ser edificios de consumo de energía casi nulo, un plazo más corto, 2018, en el caso de los edificios públicos.