Hola personas. A pesar del frío este viejo paseante ha cumplido su deber y se ha dado un voltio para contároslo.
Es lunes, he salido de casa y he enfilado la calle de Francisco Bergamín, ministro de Alfonso XIII y abogado del Ayto de Pamplona frente al gobierno de Madrid, el cual con sus gestiones consiguió el permiso del poder central para derribar las murallas y comenzar a construir lo que con el tiempo sería el segundo ensanche pamplonés.
He bajado por esta calle y al cruzar Baja Navarra y entrar en zona más comercial, más céntrica, he ido echando en falta las viejas fachadas de las viejas tiendas que hace unos lustros daban vida a sus aceras: la perfumería Galle; deportes Marpún, especializados en caza y que tenían en mitad de la tienda un árbol de yeso recubriendo una columna con un par de pájaros carpintero disecados dándole a la corteza supuestos picotazos, en la otra acera junto al Hotel Yoldi, Philippe y Manía dos firmas punteras en la moda de los 80 y 90; ya en García Castañón la coqueta joyería de Viguiristi; el viejo Nevada con su Scott Corner; Tarsicio Ortiz, con su sótano español lleno de baratijas estilo castellano, armaduras falsas, espadas de Toledo y taquillones de cuarterón; Arrizabalaga textil, en la esquina con calle Estella y Arrizabalaga regalos, con sus tentadores y codicianos Dupont en el escaparate; el cine Príncipe de Viana, hoy anclado en una sesión continua de una de Vittorio de Sica con una pizzería en su lugar que nos transporta a la itálica bota: Pan, amor y fantasía; poco más allá, después de Villa Miranda, la platería de Olmedo donde mi madre y mi abuela compraban servilleteros y sonajeros de plata para los que iban naciendo en la familia y yo me aburría mientras ellas elegían, este es muy mono Doña Luisa, vendía, solícita, la dependienta, no sé, bueno, sí, pónmelo mi chica. Albricias, decía yo, por fin, ahora iremos a Nalia o a los Italianos, o a Delicias de Fernández Arenas si era invierno, qué delicioso chocolate con churros, y sus salchichas en pan bombón, qué buenas.
He salido a Sarasate y me he vuelto a dar de bruces con ese espantoso porche neogótico que rodea la iglesia fortaleza de San Nicolás. Se levantó a finales del XIX según planos del infumable arquitecto D. Florencio Ansoleaga con la complicidad de su colega Sr. Goicoechea en la ejecución. ¿Que necesidad había de adosar a semejante edificio del XII un pastiche como ese? Gracias a él el maravilloso dintel de arquivoltas de su primitiva puerta, la que se enfrenta al altar, no lo vemos en su esplendor. ¿No hay autoridad civil o eclesiástica que se plantee devolver a San Nicolás su aspecto original?
He seguido mi silencioso paseo por la calle San Miguel y cruzando la plaza de San Francisco me he adentrado en la querida calle Eslava, una de las más nuevas de la parte vieja. Dicha rúa ni era calle ni era na, era simplemente una de las belenas que había en los burgos para comunicar perpendicularmente las calle largas del burgo de los francos o San Cernin y de la Población o San Nicolás. Eran callejones sucios y angostos, nidos de ratas, basureros y urinarios públicos.
La actual calle Eslava era una de estas belenas “de siete pies de ancho”, hasta que en 1877 el Ayuntamiento decidió derribar todas las casas del lado izquierdo dirección fuente de Descalzos y ensanchar la calzada al ancho actual. Es por ello que todo ese lateral de la calle presenta casas mucho más modernas, y es por ello también que la fuente de Descalzos, colocada allí unos años antes de la obra, está excéntrica con respecto al eje de la calzada. ¿Sabíais que si tiras una línea recta desde las casas de Arrosadía llegas a dicha fuente? Pues sí. De ella os hablaré otro día.
He tomado a la izquierda para salir a San Lorenzo y de ahí, por la zona amable y desierta, he vuelto a Sarasate y de nuevo he tomado Bergamín para llegar a casa a las 00.45 horas y a 3º. Hoy no hacía mucho frío. Esto de ser navarro es lo que tiene.
Eso es todo por hoy personas, espero haber removido vuestros recuerdos y haber sacado una ligera sonrisa en vuestros morretes.
Hasta el domingo que viene.
Besos pa tos.