tafalla - La ermita románica del Santo Cristo de Cataláin ubicada en el término municipal de Garínoain se convirtió una vez más en el mediodía de ayer en el lugar de reunión y de confluencia para varios cientos de valdorbeses que acudieron al lugar para festejar el Día de la Valdorba-Orba Jaia, en una cita que este año cumplía su trigesimo tercera edición, siendo a su vez la vigésimo primera convocatoria de la Feria de Artesanía y de Alimentación celebrada en el interior de una carpa anexa a la ermita.

La climatología veraniega con el termómetro marcando los 28 grados permitió el disfrute de quienes acudieron a esta cita que sirve de motivo para estrechar los lazos de amistad de este valle de la Zona Media de Navarra.

Coinciden con el domingo siguiente a la festividad de la exaltación de la Santa Cruz, también conocida como La Cruz de Septiembre y que este año se celebró el pasado viernes día 14. También como se viene haciendo desde sus inicios, hace ya 33 años, el principal centro de reunión es la ermita románica de Cataláin, del siglo XII, centro geográfico, sentimental y espiritual del valle.

Los actos del día de ayer dieron comienzo a las 11.30 de la mañana, con la celebración de una misa. La eucaristía estuvo oficiada en esta ocasión por el párroco de Barásoain, Miguel Bezunartea, acompañado en la concelebración por los hermanos Flotildo y Gregorio Martínez y por Eugenio Lecumberri, originarios de las localidades de Amatriain y Solchaga, respectivamente, además de ejercer como párrocos en diferentes pueblos del valle. En la homilía, Miguel Bezunartea se inspiró en la talla del Cristo de Cataláin, venerada a través de los siglos por los valdorbeses, poniendo en valor “el camino de la Cruz”. “Jesús, el Mesías, - dijo más adelante - nos hizo presente con su vida el amor de Dios a los hombres, en una misión llena de esfuerzo y dificultades, invitándonos a seguirle, no de una forma rutinaria sino con nuestra disposición personal de renuncia y de entrega a los demás” para terminar su alocución con un interrogante a todos los asistentes a esta eucaristía “¿porqué y para qué hemos venido a esta celebración?“, indicó a modo de reflexión colectiva. En las ofrendas se presentó una cesta con los frutos del campo “símbolo del trabajo”, además del pan y el vino, y el canto de la popular canción en euskera de Benito Lertxundi, Baldorba entonada a dúo por la pareja formada por Jaqui Agorreta y Montxo Muruzabal.

La parte musical y los cánticos de la misa estuvieron amenizados en esta ocasión por las voces del coro parroquial de Pueyo, dirigidas por el acordeonista Jose Antonio Alvarez. La misa finalizó con el canto de una jota alusiva a este día, que al igual que el canto de Baldorba fue respondida con una calurosa ovación por todo el público presente y el tradicional Himno a la Cruz, el ¡Viva la Cruz Sacrosanta! que se canta en todas y cada una de las romerías a la ermita de Cataláin.

Tras la eucaristía, en el interior de una carpa instalada sobre una superficie de unos 200 metros cuadrados, se procedió a la apertura de la XXI edición de la Feria de Alimentación y de Artesanía. En esta ocasión se instalaron cerca de una quincena de puestos en los que se podían ver y adquirir los trabajos realizados por diferentes vecinos del Valle, con materiales diversos como la talla de madera, ebanistería, jabones y cosmética casera, bisutería, cuadros pictóricos, ganchillo y costura o labores de punto de cruz, de lana y fieltro y cata de mieles, entre otras especialidades.

También se ofrecía información sobre la Asociación para el Desarrollo de Valdorba, de las Colonias Rurales de la Valdorba y del Consorcio de Desarrollo de la Zona Media, que colaboran en la organización de esta fiesta. En otra parte de la carpa, tras abonar dos euros a modo de colaboración, se ofrecía a los visitantes la degustación de raciones y pintxos de menudicos, relleno o txistorra asada, dulces, pastas, roscos y tartas caseras, canutillos, bizcochos y tortas de txantxigorri. Una variedad de alimentos tradicionales elaborados con recetas caseras que fueron rescatadas hace varios años en distintas poblaciones del valle por iniciativa de los Servicios Sociales de la Valdorba. En la elaboración de estos productos gastronómicos colaboraron una quincena de vecinos y vecinas de poblaciones como Pueyo, Artáriain, Iratxeta, Mendivil, Etxagüe, Garínoain y Unzué. Estos actos estuvieron animados a su vez por las melodías de la banda de gaiteros y gaiteras de Orísoain. Los organizadores de esta fiesta anual quisieron dedicar una mención especial a Óscar Alcazar, José Zabalza, Garbi Labiano, Ramón Gorricho y Laura Zabalza, como coordinadores de todas las actividades organizadas en los dos días previos en Echagüe.

cita bianual En el propósito de los organizadores de hacer extensiva esta fiesta entre todos los pueblos del Valle y de organizar de actividades itinerantes con una periodicidad bianual entre cada una de las poblaciones que lo conforman, este año se promovieron actos desde el pasado viernes en la localidad de Echagüe. En la tarde del pasado viernes la Coral Zabaldi ofreció un concierto en la iglesia de esa población, seguido del lanzamiento de un cohete anunciador de la fiesta del Valle, un trikipoteo con la txaranga Kukumendi y una cena popular. El sábado continuó la programación con una exhibición de bailables a cargo del grupo Dantza Baldorba Taldea, una competición con pruebas de deporte rural-herri kirolak con equipos de diferentes poblaciones del Valle, hinchables y juegos infantiles y comida amenizada tras la sobremesa por el grupo de folk Akiakule, seguido de una actuación del grupo Los Txilangos y ya por la noche, cena y verbena a cargo de tres formaciones musicales, Ahuntzak, Ekaitz y Valdetxea, en la que se dieron cita numerosos vecinos.