pamplona - Diferentes coros de Iruñea y de toda Navarra tomaron ayer las calles a ritmo de coplas y makilas o palos, un estruendo que simboliza la llamada a la tierra que despierta del invierno en la antesala del carnaval. Ataviados con los trajes típicos, el coro del Muthiko Alaiak fue uno de los muchos que salieron por las calles del Casco Viejo a festejar la víspera de Santa Águeda.

La santa siciliana (siglo III) murió mártir, dicen que tras ser torturada y cortarle los pechos. Se le considera protectora de las mujeres si bien la tradición vasca combina el rito cristiano con el pagano que pretende el despertar de la primavera para que vuelva a germinar sus frutos. Lo cierto es que en su honor se cantan a kapela y a txistu diferentes coplas. A cambio, en muchos pueblos se pide una limosna que posteriormente se destina a diversas causas sociales. Desde las seis de la tarde alzaron sus voces los del Muthiko por la calle Estafeta para continuar su recorrido por la misma vía haciendo parada en bares y comercios antes de hacerlo en el Ayuntamiento de Iruña, este año sin recibimiento oficial. La kalegira continuó por el monumento a los Fueros para terminar de nuevo en la Estafeta. Las más de 50 voces del Muthiko se unen todos los años desde hace 55 para mantener viva la tradición. No faltaron los más veteranos como Paco Zamora, de 93 años. Imanol Erkizia, con doce años al frente del coro, asegura que "antes se iba por las calles pidiendo txistorra, chorizo y huevos para merendar". Y siempre, "Santa Ageda bezpera dugu Euskalerriko eguna...".