- Tras pasar nueve años entre Shanghái y Hong Kong, Amaya Teniente aterrizó en Buenos aires hace algo más de un mes para ponerse al frente de la oficina de A. Hartrodt Argentina SA, una multinacional que se dedica a la importación y exportación de productos a nivel mundial.

Su llegada fue algo convulsa ya que les obligaron a permanecer en cuarentena. Ahora, explicaba, no pueden salir a la calle y solo abren los establecimientos de primera necesidad. Además, y a diferencia de España donde se hacen repartos a domicilio, allí no. De hecho, acaban de mudarse y no tienen, ni pueden comprar, toallas, sábanas o un tendedero.

Acompañada de su marido, apenas dispone de tiempo libre ya que trabaja muchas horas. Sin embargo, asegura sentirse “una afortunada porque tengo salud, y los míos también”.

Otro problema que le ha surgido es que le han paralizado todo el papeleo; el permiso de residencia, el carné de conducir, el seguro médico y tampoco ha podido abrir una cuenta bancaria.

Una vez que pase todo, y más por necesidad que por placer, “quiero amueblar mi casa y después conoceré la ciudad porque no he tenido tiempo”.

“Cuando acabe todo amueblaré mi casa y después, conoceré la ciudad”

Dtiva A. Hartrodt Argentina