- Los hermanos Ramón, Félix, Miguel y Josefina Gamio llevan casi cinco años al frente de Talleres Ebro en Burlada, una lucha por mantener a flote el negocio familiar que estos días se ha recrudecido bastante. Pero asumen que la capacidad para arreglar y vender maquinaria agrícola, un factor que les diferencia de otros talleres, les está ayudando en esa lucha. Y eso que antes vendían algo así como un tractor al mes, y desde que comenzó la crisis no han dado salida a ninguno. "También vendemos coches de segunda mano, el año pasado por estas fechas por lo menos una decena, y ahora nada. Está todo muy parado", lamenta Ramón.

Se mantienen al pie del cañón dando lo máximo estos días para continuar con el oficio, que con la crisis también ha cambiado un poco y tal y como explican los hermanos, naturales de Baztan, casi han tenido que cambiar los coches por los tractores. "Vienen menos vehículos y más maquinaria agrícola, para arreglos y para la puesta a punto", indican. Les cuesta casi media hora preparar estos monstruos para poder trabajar en ellos, ya que al igual que hacen con los coches, primero desinfectan todo el vehículo y después cubren con plásticos el volante, la palanca de cambios y parte del interior para seguir trabajando. "Hemos tenido que poner a punto también alguna ambulancia, nos hemos mantenido abiertos para urgencias, baterías, ruedas pinchadas, cosas puntuales".

También empacadoras, emboladoras y maquinaria. Se ponen las mascarillas, los guantes y a trabajar. "Es más complicado, hay más trabajo para menos ganancia. Pero estamos agradecidos, viene gente de Burlada y de alrededor, de otros pueblos con tradición agrícola. Con eso al menos nos cubrimos las espaldas", reconocen.