- El Instituto Geográfico Nacional en los dos últimos días más de 80 terremotos en el entorno de Pamplona, el más intenso a las 4 de la pasada madrugada, de intensidad 3.3 y con epicentro en Valle de Egüés.

Al de mayor intensidad de las jornadas anteriores, de magnitud 3, registrado a las 23.21 horas del miércoles, siguieron otros, entre los que destacaron, los de 2,4 y 2,2 grados registrados a las 23.51 horas con epicentro en Lizoáin y a las 23.52 horas. El episodio o enjambre sísmico ya triplica en densidad de eventos al que tuvo lugar entre el 18 y el 19 de marzo de 2013, cuando hubo una veintena.

Numerosas localidades navarras, entre ellas Pamplona, sintieron estos terremotos, un total de 66 entre las 2.36 horas del 23 septiembre hasta las 4.32 de ayer jueves, según recogió en su cuenta de Twitter el geólogo Antonio Aretxabala, investigador de la Universidad de Zaragoza, que explica que "la zona que tiembla está entre Lizoáin, Esteríbar y Egüés. El fenómeno sísmico es recurrente en nuestra comarca, es quizás más notorio en la capital por aglutinar el mayor número de edificaciones y más de la mitad de la población de Navarra",.

Aretxabala recalca que la sismicidad "es un fenómeno natural típico de la zona" y advierte que "no conocemos bien las fallas sismogenéticas: no hay estudios dedicados, pero sabemos que son muchas y no muy largas, por eso no generarán grandes magnitudes". Al respecto, indica que "debemos olvidarnos de la franja denominada falla de Pamplona como culpable de casi todos los temblores navarros que los medios repiten sin ninguna justificación; es un accidente tectónico prácticamente fósil, las fallas que actúan por encima asociadas a los diapiros salinos como el de Salinas, Etxauri o Alloz son de mucha más reciente formación. Debemos acostumbrarnos a vivir con ellos, no nos van a abandonar", subraya.

El experto indica que "las edificaciones antiguas ya tenían un diseño sismorresistente heredado de nuestros antepasados (el caserío vasco o pirenaico es simétrico en planta y en alzado y los materiales se ajustan a las deformaciones y esfuerzos generados) y las nuevas construcciones de hormigón en la mayor parte de los casos cumplen las normas vigentes desde los años sesenta del siglo XX".

Nerviosismo en la zona. "La gente está inquieta. Aunque los terremotos son suaves, siempre te queda la duda de cómo será el siguiente". Habla el alcalde del Valle de Lizoáin, Koldo Albira, un municipio que engloba 13 pueblos habitados y 300 personas empadronadas, que han sentido numerosos temblores sísmicos en la últimas jornadas. También desde el mes de agosto, cuando se registró un terremoto de 4 grados que causó algunos daños superficiales en viviendas. Por su parte, el terremoto de 3 grados ocurrido el miércoles, explicó ayer Albira, hizo que "temblasen los cristales del Ayuntamiento".

"Nos debemos acostumbrar a vivir con los terremotos, no nos van a abandonar"

Geólogo e investigador