iene toda la razón el señor Aierdi cuando aboga por la reducción de gases de efecto invernadero y desde luego reducir no es cambiarse cromos entre las naciones que cumplen y no cumplen con el objetivo. Sigue en sus argumentos hablando de mejorar la eficiencia energética, cuando el negocio de este país ha sido fabricar casas por doquier con una calidad que deja mucho que desear.

Por lo tanto, lo que está claro es que lo que nos ha llevado hasta aquí es un modo de vida y un modelo de sociedad que no es sostenible, independientemente del origen de la energía. Es pues una apuesta clara por otra manera de hacer las cosas la que deberíamos enfocar como primer objetivo.

La lucha por el medio ambiente y nuestra única oportunidad para prevalecer como especie hay que desligarla totalmente del mundo del negocio. El rédito para grandes multinacionales con la excusa de generar puestos de trabajo no puede ser condicionante ninguno para salvar el planeta. No puede el señor Ayerdi mantenerse fuera del negocio queriendo alumbrar o generar opinión cuando rápidamente se le escapa el hablar de "vender" energía a otras regiones. Vende el más listo y compra y se endeuda el que menos oportunidades tiene. Nos volvemos a dejar a los más desfavorecidos en el camino.

Aquí en el Prepirineo, sabemos muy bien lo que significa crear un recurso en nuestra zona y que sean otros: constructores, grandes agricultores y empresas conserveras, las que se lleven insolidariamente los beneficios. Sabemos muy bien lo que significa pagar un precio, una exigencia esta que se vuelve a poner sobre la mesa con una incapacidad total de autocrítica, para que volvamos a pagarlo los mismos, cercenando la posibilidad de nuestra regeneración, autogestión y empoderamiento.

Ahora vienen las prisas. Nos dicen que debemos alcanzar unos objetivos cuyo cumplimiento es ahora más difícil si cabe después de años alimentando la bestia. Corran ustedes desde la Administración, instando a grandes empresas por un mantenimiento de nuestro mundo y no por un crecimiento a costa del mismo. Apoyen los proyectos locales y hagan responsables y no culpables a las personas de su propio futuro. Apoyen y empujen a las Entidades Locales hacia un modelo diferente, haciendo partícipe a la ciudadanía, por un modelo respetuoso y sostenible y por supuesto solidario, intra e inter regional. Esta es la verdadera clave para fijar población y por supuesto para reducir la brecha entre lo rural y la ciudad. Entre donde se produce y donde se consume. Descentralización, diversificación, producto local, generación local. Generación sobre multitud de tejados de polígonos industriales que esperan con avidez ser forrados de placas. Algunos de ellos pertenecientes a PYMES que luchan todos los días por mantener sus puestos de trabajo.

¿De verdad hacía falta una carta premonitora en la que se nos dice que en este juego de todo o nada por la conservación del Planeta, nuestra única opción es volver a pagar un alto precio forrando con placas nuestros campos y montes? Esperamos que en la solución final no paguemos más que el beneficio que se pretende obtener con ella.

El autor es alcalde de Urroz-Villa