Los Paseos, la simpatía de sus gentes, el Paretón, la amabilidad de vecinos y vecinas, el barrio de San Juan, su pasión por participar en todo, las Espeñas, las escalericas de La Maña, el Casco Antiguo... por todos estos detalles y muchos más la localidad ribera de Cintruénigo es una de las cinco finalistas que el próximo 8 de marzo competirá por ser El pueblo más amado del país.

Junto a Cintruénigo estarán El Puente del Arzobispo (Toledo), Ribadeo (Lugo), Maçanet de la Selva (Girona) y Ullastrell (Barcelona), tras dejar atrás a cerca de 1.200 poblaciones, de las que 42 eran de Navarra.

Quien gane este concurso, organizado por la compañía Adamo, un operador de fibra óptica con vocación nacional, pero con un enfoque de negocio regional y local presente en el mercado desde 2007, tendrá gratis durante un año la fibra óptica más rápida del mercado (1.000 Mbps) y sus vecinos podrán beneficiarse de una oferta especial con esta conexión a Internet de alta velocidad.

La forma de participar ha sido a través de los propios vecinos y vecinas de los pueblos, así como simpatizantes de éstos, que han podido enviar fotos de lugares emblemáticos, bonitos o con alguna significación para ellos. Cualquier imagen, de hecho, que sirva para ilustrar la belleza de cada sitio, la forma de vivir, la historia, la gastronomía... Son los propios habitantes quienes debían exaltar por qué aman su pueblo.

Los protagonistas

Si por algo destaca Cintruénigo (casi 8.000 habitantes) es por la amabilidad de sus gentes, su pasión por su pueblo y porque les apasiona participar en cualquier acto que se organice. No en vano, sus habitantes son sus mejores embajadores.

Así lo explica también Milagrosa Navascués, "me encanta cómo es la gente tan abierta y amable, y sobre todo muy unida". A esta ama de casa le encantan el antiguo barrio de San Juan, Las Espeñas y Los Paseos, centro de todo tipo de actividades populares, así como el barrio de San Roque "donde llevo viviendo muchos años".

Javier Acarreta, exconcejal y profesor de Secundaria jubilado, además de sus rincones preferidos (Casco Viejo y Paretón), destaca como valor esencial de su pueblo a la comunidad de vecinos y vecinas "unida, comprometida, solidaria y alegre. Pocas poblaciones habrá en Navarra con tantos colectivos y asociaciones culturales, deportivas y sociales con un amplio currículum de actividades a lo largo de todo el año. Estoy muy orgulloso de mi gente que recibe al que viene con amabilidad".

También los jóvenes como Diego Aliaga, camarero, ven la "hospitalidad, solidaridad y unidad" de los cirboneros como su mayor valor. "Hay un gran apego a las tradiciones, también entre los jóvenes", apunta y destaca Los Paseos como su lugar emblemático, "el núcleo de toda actividad lúdica y popular".

"Estupendo, alegre y trabajador", es Cintruénigo para Rosa María Fernández (también profesora jubilada), para quien el casco antiguo sigue albergando todos sus recuerdos de infancia. Pero si alguien tiene contacto con la gente son los comerciantes. Marta Izal cree que "los vecinos tienen muchas iniciativas y sorprende al que viene de fuera la gran cantidad de actividades que llevan a cabo durante todo el año, y el trato que reciben". Además del casco antiguo y Los Paseos, le encanta "las escalerillas de La Maña", aunque reconoce que este lugar "está muy abandonado".

Objetivo

Además de poner en valor las formas de vida en las áreas rurales, el propósito de fondo de este concurso, así como de la actividad en general de la empresa, es dar cobertura a los profundos cambios vitales, sociológicos, sanitarios, sociales y laborales que ya son una realidad tras la irrupción del coronavirus. Desde el cambio de domicilio a municipios con menos población y las citas médicas por Internet, pasando por los ya imprescindibles teletrabajo y formación en remoto, hasta el comercio y el ocio online. El lunes se sabrá cuál es el pueblo ganador y, por lo tanto, el más amado.