“Hoy es jueves y toca con Leyre”. Es un estímulo total para Markel, usuario del centro de Anfas de Sangüesa. Tal es su vínculo con su monitora. Leyre Merino Antón, profesora y vecina de Pamplona, que se desplaza a Sangüesa tres días a la semana para impartir en Anfas el programa de Habilidades Sociales Académicas y de Comunicación, que tiene como objetivos la aceptación, autoconocimiento y la gestión de las emociones; aprendizaje de habilidades sociales en suma, para mejorar la calidad de vida de sus usuarios y usuarias.

“Todos y todas tenemos que aceptarnos para que nos acepte la sociedad, y en el caso de las personas discapacitadas, hay que asumir primero esa discapacidad”, subraya Leyre, al tiempo que añade que es totalmente necesario para sentir la inclusión social, que es el fin primordial. “Trabajamos por la inclusión, que no es lo mismo que la integración” recuerda. Es la base del trabajo de Anfas, el apoyo a las personas discapacitadas, a sus familias y el de sensibilizar a la sociedad.

“La atención del programa está centrada en la persona, pero reconocemos el sufrimiento de las familias, sobre todo en edades tempranas. Es un proceso largo en el que necesitan respaldo”, añade.

Este apoyo, que Anfas considera imprescindible, se queda corto de recursos profesionales, si bien tiene un soporte muy importante en el voluntariado, “pieza clave que necesita formación”, para asentar personal, significan desde el centro. “ El peregrinaje de profesionales y voluntariado es desmotivador porque es muy difícil el avance de niños y niñas con una persona diferente cada año. Además, no terminan de vincularse, y la complicidad necesaria, la confianza y el respeto se ganan con el tiempo”, afirma la profesora.

Leyre solo lleva un año en Sangüesa, pero “toda la vida en Anfas”, subraya. Tiene 31 años y gran vocación, confiesa. Empezó como voluntaria en sus años de bachiller.Para entonces, ya sabía que lo suyo era la educación especial y se graduó en Magisterio con Pedagogía Terapéutica.

Martes, Jueves y viernes acude al centro de Atención Ciudadana de Sangüesa donde se desarrollan los talleres. Son los días “más bonitos” de la semana para Santi y Markel, que participan en el programa. Santi Alvarado Bravo y Markel Pérez Ventana, de 15 y 7 años. Viven en Lumbier y llegan acompañados, Santi de su padre, Bolívar Alvarado Sarmiento y Markel de su madre, Saida Ventana Ibáñez. “El programa es fundamental para su crecimiento y desarrollo , defienden. No pasan por alto el sobresfuerzo de las familias, ni olvidan a quienes tienen menos recursos. Piden por eso al Gobierno de Navarra, “para que garantice la atención a quien la necesite”. Hasta que tienes el diagnóstico, estás en tierra de nadie”, expresa Saida. Acusa que el acceso sea “tan difícil” y considera que Anfas es “un pilar fundamental”.

Markel estudia segundo de Primaria en el colegio público San Juan de Lumbier y trabaja su discapacidad intelectualcon Leyre en Sangüesa. Alli se siente, asegura, como en su segunda casa.

Este espacio y tiempo es decisivo en la vida cotidiana de Santi, 15 años, estudiante en el Instituto de Sangüesa de primero de la ESO. Síndrome de Down. “Aunque recibe apoyo especial en el centro, está muy contento con Leyre. Aprende a aceptarse , que es el primer trabajo”, declara quien sabe que después de la aceptación viene la lucha en el camino de la dificultad, el problema en común de estas familias que hacen piña por su problema.

Parten de esa dificultad y su primer paso es reconocer la discapacidad. Defienden que es tarea social y de las instituciones competentes aceptar y permitir desarrollo y crecimiento de estas personas entre gente de su edad, para compartir sueños e ilusiones.

Markel, osasunista, quiere jugar al fútbol con sus amigos y estar en el cole con sus compañeros. Le apasiona la música, tocar la batería y jugar con su hermana, Naia Y de mayor, quiere ser dentista y miembro de la Comparsa de Lumbier.

Santi ha escrito en su presentación para el DIARIO DE NOTICIAS que en el programa intenta alcanzar objetivos como : gestionar sus emociones, conocerse y respetarse, ser autónomo y mejorar su calidad de vida. Que tiene dos hermanos mayores y una hermana de siete años. Que es listo, simpático, cariñoso y tiene muchas ilusiones. Monta a caballo, en bicicleta, juega al fútbol y hace Kárate. Cuando sea mayor, quiere ser carpintero, como su padre, y rejoneador.