Josune Azpiroz y Josu Méndez pusieron en marcha hace diez años Biak Bat, una asociación con sede en Altsasu con el objetivo de ofrecer intervenciones asistidas con animales, una década que ha dado para mucho. A pesar de la pandemia, este año no pudo empezar mejor, con su inclusión en la lista de Forbes de las Otras 100 Mayores Fortunas de España. Y es que por primera vez en su historia, esta revista especializada en el mundo de los negocios y las finanzas decidió elaborar una lista de otra clase de riquezas, valores que no se pueden cuantificar en dinero porque se trata de acciones que contribuyen a un mundo mejor. "Este reconocimiento es un orgullo en nuestro décimo aniversario y en tiempos tan difíciles", señala esta psicóloga, la mitad de Biak Bat. La otra mitad es Josu Méndez, educador canino. "Nos juntamos dos locos con ambiciones e inquietudes sociales y decidimos que ninguna meta iba a ser inalcanzable", cuentan.
"Es increíble lo que una mera visita de nuestros perros puede cambiar las vidas de algunas personas", destaca Josune Azpiroz. "Cuando acabé la carrera estuve en un colegio y vi el trabajo que hacían con niños y niñas con diversidad funcional. Tuve claro que era lo mío", recuerda. Además, pensó en unir otra de sus pasiones, los animales, para ayudar a personas con autismo, discapacidad o con secuelas de hecho traumático, de forma individual o colectiva, un proyecto para el cual contó con la ayuda de Josu Méndez. "Nuestro principal objetivo es mejorar el bienestar de las personas a través de la interacción con animales", resumen.
Para ello, organizan diferentes actividades y programas de terapia y de educación asistida con animales, así como de ocio y tiempo libre dirigidos a diferentes colectivos como infancia con diversidad funcional, personas mayores, violencia de género, enfermedad mental y personas en dificultad social.
Clínica Josefina Arregi y residencia Aita Barandiaran
Ejemplo de ello son las sesiones con personas con deterioro cognitivo y/o demencia del centro de día de la Clínica Josefina Arregui y la residencia Aita Barandiaran, ambas en Altsasu. "El programa persigue el mantenimiento de capacidades como la atención, memoria, orientación y lenguaje además de disminuir el deterioro funcional y mejorar las habilidades socioemocionales", explica Josune Azpiroz. Y es que la visita de los perros de Biak Bat, normalmente dos, rompe la monotonía e invita a interactuar con los animales, que siguen las órdenes que les mandan o simplemente se dejan acariciar; momentos de sonrisas y bienestar para las personas mayores.
"La gasolina del día a día es una sonrisa, una caricia, una mano que se relaja o una mirada", cuenta Josu Méndez, al tiempo que asegura que "recibo muchos más beneficios de los usuarios y usuarias de los que yo realmente les ofrezco". No obstante, la pandemia ha interrumpido este programa. "Desde marzo, por responsabilidad, no estamos trabajando con tercera edad pero si con infancia", apunta su compañera. Con el fin de que sean programas accesibles a nivel económico para las familias, promueven diferentes campañas. "Este año necesitamos el apoyo de la ciudadanía y entidades públicas ya que va a ser difícil la continuidad. Necesitamos patrocinadores que quieran colaborar con nuestros programas. Lanzamos la petición de ayuda desde aquí", destaca.
Programas de investigación:
Además, Biak-Bat colabora en programas de investigación de la Universidad del País Vasco para evaluar la eficacia de los programas de terapia asistida con infancia expuesta a violencia de género e infancia en situación de desprotección. "A través de la terapia con perros estamos reduciendo sintomatología asociada con la ansiedad y depresión que tanto malestar les genera", asegura Josune Azpiroz. "En 2019 publicamos nuestro primer artículo científico en una revista de salud americana en el que se explica los resultados de nuestro programa Aztarna Uzten y que sugieren que favorece la reducción de la sintomatología asociada al Trastorno de Estrés Postraumático", explica.
Por otro lado, Biak Bat promovió la Ley de Perros de Asistencia en Navarra, (Ley Foral 3/2015), que defendieron en el Parlamento de Navarra, que regula la libertad de acceso, deambulación y permanencia en espacios abiertos y otros delimitados, de personas con discapacidad acompañadas por estos animales. Hasta entonces, este derecho se reconocía exclusivamente a las personas invidentes que utilizan un perro guía.
Formación:
Esta asociación de Altsasu también trabaja en la formación de profesionales y en el adiestramiento de perros de asistencia, el único centro existente en Navarra y entidad de referencia y asesoramiento para el Gobierno foral. Y es que para algunas personas, un perro puede ser más que su mejor amigo. En algunos casos son sus ojos, sus oídos, sus manos o sus piernas, un animal que les ayuda en su día a día además del componente emocional.
Asimismo, forma parte de Bizipoza, un proyecto que agrupa a 35 asociaciones que trabajan para fomentar valores como la solidaridad, la empatía, la tolerancia y el respeto a la diversidad a través de diferentes actividades.