l Banco de Alimentos de Navarra (BAN) necesita voluntarios. La entidad realizó un doble llamamiento a la sociedad navarra para cubrir las dos principales carencias que sufren ahora mismo. Por un lado, y a consecuencia del verano, falta personal para gestionar todos los envíos y que los alimentos lleguen a todas las entidades sociales que se encargan de su reparto. Y, por otro, todavía no ha conseguido llegar al objetivo marcado en la campaña estival de recolección de fondos, que sustituye a la Gran Recogida que no puede realizarse a consecuencia de la pandemia.

“En el BAN siempre hacen falta voluntarios”, confirmaron desde la entidad. En este sentido, afirmaron que entre septiembre y junio no suelen tener gran problema para cubrir las plazas necesarias para poder garantizar su servicio, pero en verano, con las vacaciones y con muchos abuelos y abuelas cuidando de sus nietos, se abre una gran carencia. Y es que la gran mayoría del voluntariado está compuesta por personas jubiladas, que tuvieron que dejar de participar en las labores del BAN cuando la pandemia cambió por completos nuestras vidas, por miedo al contagio o posibles problemas derivados del covid.

La presidenta de la entidad, Marisol Villar, explicó que “en vacaciones siempre suelen faltar voluntarios”, pero este verano se ha acentuado el problema. Antes de la pandemia contaban con 183 voluntarios, pero ahora disponen de 150, “de los cuales muchísimos son nuevos”, a consecuencia de las bajas ya mencionadas. Por eso, “aunque solo fuera para el verano, nos vendría muy bien captar más voluntarios”, pidió Villar, para cubrir las ausencias estivales, pero “también necesitamos a unas 10 o 15 de continuo para un voluntariado estable a lo largo del año”. Precisamente, el personal es fundamental para poder seguir llegando hasta donde lo ha hecho hasta ahora.

El Banco de Alimentos ha recaudado 217.000 euros en su campaña Gran Despensa Online, lejos de los 500.000 recaudados durante la misma iniciativa del año pasado y que supone el equivalente a las 250 toneladas de alimentos que suele recoger en la Gran Recogida. “Esta vez no está funcionando tan bien como el año pasado, ya que nos están fallando las donaciones de empresas, mucho más que las de los particulares”, afirmó Villar. El año pasado recaudaron unos 250.000 euros de particulares, y unos 300.000 por parte de entidades y empresas. Así, este año las aportaciones de particulares se han mantenido, más o menos, a pesar de haberse resentido, pero las realizadas por entidades y empresas se han desplomado.

Desde el BAN destacaron el hecho de que la campaña del año pasado comenzó en pleno confinamiento, cuando la población, en general, estaba mucho más sensibilizada. La presidenta del Banco afirmó que “entonces la gente estaba mucho más concienciada, todo el mundo estaba más asustado y se pensaba mucho más en colectivo, en los problemas que podría tener la sociedad. Nos volcamos todos, todo el mundo ayudaba”. Sin embargo, “ahora es distinto. Creemos que se ha acabado la pandemia, estamos pensando en las vacaciones, en hacer todo lo que no pudimos hacer el año pasado... estamos mucho menos sensibilizados, con una mentalidad mucho más individual”.

“Pensábamos que íbamos a ser más comprometidos y solidarios, que esto nos iba a cambiar a mejor, pero ha acabado yendo para el otro lado”, lamentó Marisol Villar. Precisamente, justo cuando acabó el primer confinamiento de marzo y abril de 2020, “éramos mucho más solidarios que antes de la pandemia”, comentó, pero ahora cree que estamos cansados y “pasamos más de todo”. De todas formas, espera que todo vuelva a como era antes de la pandemia.

Cae la recaudación, pero aumentan las necesidades. Desde que se fundó la Fundación Banco de Alimentos, en los primeros meses de la pandemia se vio el mayor incremento de usuarios de toda su historia. Durante la crisis de 2008 hubo un aumento de usuarios del 8-9%, mientras que en los primeros meses de la pandemia aumentó un 14%, advirtieron desde el BAN, o lo que es lo mismo, “en cuatro meses hubo el mismo incremento de usuarios que en los cinco años de la crisis de 2008”.

Y es que la tasa de población en riesgo de pobreza o exclusión social ha aumentado en la Comunidad Foral respecto al año pasado, que ahora se encuentra en el 12%. “Vivimos en una sociedad mucho más desigual a la antes de la pandemia”, destacó Villar.

Recalcaron, a su vez, lo vital que es el dinero en efectivo para ellos, ya que es necesario para complementar las donaciones de alimentos y poder proporcionar una alimentación saludable, elaborada por el departamento de nutrición de la Universidad de Navarra. “Se intenta proporcionar una dieta equilibrada. Suele faltar leche y productos infantiles, por eso el Banco necesita liquidez”, comentaron, y aunque “los alimentos se van a repartir todos los meses sí o sí, si el Banco dispone de dinero podrá complementar todas las donaciones de artículos de comida con lo que falta para poder proporcionar una alimentación más equilibrada”.

“Pensábamos que íbamos a salir más solidarios, pero no ha sido así”

Presidenta del Banco de Alimentos