Consuelo Ochoa afronta el ecuador de su segunda legislatura como alcaldesa encabezando las listas de la Plataforma de Lerín. Tras un periodo duro en el que la “gestión” comienza a dar sus frutos y en el que la pandemia ha dejado por segundo año a la localidad sin sus fiestas de agosto. “Yo no comparto el término de no fiestas porque algunos lo traducen en que puedo tener fiestas. Hay que subrayar que la realidad es que hay una suspensión total de las fiestas y actos oficiales”. “Otra cosa son los eventos culturales y lúdicos que este ayuntamiento programa de junio a septiembre. Actividades culturales durante todos los fines de semana del verano que se realizan en recintos donde se controla y se cumplen todos los protocolos covid. Por ejemplo hemos hecho un guiño el día 20 y 21 de agosto a los gigantes que se llevarán al frontón cubierto estos dos días.

¿Dejando al margen la suspensión de las fiestas, puede hacer un balance de lo que llevamos de legislatura que ya se le comienza a ver el final?

-Cuatro años pasan muy rápidos. Estamos en el ecuador de la legislatura y lo que yo remarcaría sobre todo es la recuperación de la situación económica, donde se ha eliminado la deuda viva de Lerín, algo que nos da una tranquilidad absoluta. Hemos sido capaces de hacer inversiones y de ahorrar con un remanente positivo de casi 1,5 millones de euros y este es el mejor dato en los seis años que llevamos en el Ayuntamiento, teniendo en cuenta que cuando entramos en 2015 había una deuda viva de 2.194.000 euros. Yo creo que se ha hecho una gestión espléndida poniendo en valor los recursos y el patrimonio que tenemos. No lo digo yo, lo dicen los datos.

Junto a esta recuperación hay otros logros que se han realizado durante estos años.

-Sí, desde luego. Hay que tener en cuenta que durante la primera legislatura estuvimos dos años sin poder hacer inversiones, únicamente recuperarnos del desastre del que veníamos. Solo pudimos ver la luz al final de la anterior legislatura. Y ya ha sido en esta legislatura cuando por fin hemos podido ejecutar las propuestas, tenemos un montón de proyectos y en ello estamos. A pesar de la difícil situación de 2020 y 2021 con la pandemia será precisamente cuando mayores inversiones se van a hacer.

¿A qué problemas más fuertes se ha enfrentado durante el tiempo en el que lleva en al Alcaldía?

- No ha habido grandes problemas. El equipo de Gobierno está funcionando y contamos también con un gran equipo de trabajadoras y trabajadores municipales. Si tuviera que poner alguna pega diría que me da pena la actitud de la oposición. Su falta de compromiso, es verdad que la oposición está para fiscalizar pero también debiera de estar para proponer, para trabajar y sacar esas propuestas adelante. No entiendo la actitud de la oposición.

¿Cambiaría alguna de las decisiones que ha tomado?

-Es de personas humildes reconocer fallos. Seguro que los he cometido, no soy infalible. Durante este año de pandemia e incertidumbre ha sido muy difícil acertar en todo porque ha habido que improvisar en muchas ocasiones. En las decisiones de Alcaldía he procurado tener información previa, sentido común y templanza y me queda claro que la templanza hay que trabajarla muy mucho. He aprendido algo muy importante y es que el ruido no me distraiga porque, a veces, hay mucho ruido y pocas nueces. Es muy importante tener una hoja de ruta con lo que se quiere y se puede hacer para llevarlo adelante.

¿Cómo ve Lerín dentro de diez o veinte años?

-Yo soy positiva. Lerín tiene muchas posibilidades y lo único es que hay que estar muy despierta para sacar adelante todo el potencial. Nosotras hemos estado trabajando para que Lerín tenga ese futuro en cuatro pilares fundamentales: la industria, la vivienda, la tecnología, además de la cultura y el deporte, porque para fijar población hay que tener trabajo y después vivienda y si tenemos buenas comunicaciones podemos trabajar fuera y volver al pueblo. Estas son las mimbres para que se asiente la población y esto se está consiguiendo ya que en 2015 apenas éramos 1.665 habitantes y hoy somos 1.810.

La pandemia ha traído muchas cosas malas pero también nos ha hecho conscientes de que la vida en un pueblo tiene muchas ventajas. Aquí hemos descubierto que hay una demanda en las casetas de ocio en el Regadío Tradicional. En este sentido hay un plan de participación que nos ayude en la regulación de las casetas (que tengan 40 metros con 12 de porche) nunca serán viviendas habituales o legales pero darán servicio a quienes las demandan, además de generar ingresos al Ayuntamiento. También pondría en valor otros usos que tiene el regadío tradicional como los productos de cercanía, que se cuide el entorno.

¿Cómo está el tema del regadío vinculado al canal de Navarra en Lerín?

-Ya empiezan las obras después de un proceso muy largo y la concentración parcelaria en Lerín está en marcha y concretándose con los propietarios. Algo que está bien después de tanto tiempo, porque la gente que hizo inversiones tiene que poder sacarlas adelante. El Ayuntamiento ha estado y está apoyando el Canal de Navarra en la zona de secano de Lerín y en su momento pedimos que los secanos de Lerín contaran con las derivaciones de riego, no queríamos que pasara el tubo y nos quedásemos mirando cómo se iba el agua de largo. Exigimos que el proyecto trajera el agua hacia los términos de La Gaza, La Sarda y El Saso y otros términos de esa zona donde el Ayuntamiento tiene 110 hectáreas para concentrar de las que 70 son para regadío que actualmente está en manos de arrendatarios, en concreto hay un término Altamarigal cuyos arrendatarios en su mayoría de viña no están interesados en invertir en el riego del canal. Con todo esto, desde el Ayuntamiento hemos pedido que buena parte de las 110 hectáreas vayan concentradas al término del El Saso para adherirlas al polígono industrial con el fin de que contemos con terrenos en sucesivas ampliaciones. .

¿Cómo se encuentra actualmente el polígono industrial de Lerín en El Saso?

-Estamos trabajando con Nasuvinsa en la ampliación pero no podemos repetir errores del pasado y tampoco debemos hacer una inversión en el polígono industrial para ampliar y crecer si no tenemos demanda, lo que si existe es la posibilidad de ir haciéndolo por fases adaptadas a la demanda de parcelas. Hay que decir que actualmente está todo vendido. Ahora hay peticiones de información pero desde el Ayuntamiento necesitaríamos un compromiso mayor para seguir adelante. Seguimos estudiando el tema porque es muy importante valorar bien lo que se vaya a hacer aquí.

¿Y cómo va fibra óptica en la localidad?

-Lerín cuenta con fibra óptica pero se han quedado algunos barrios como La Cadena sin desplegar y actualmente estamos trabajando con las compañías (Orange y Movistar) en que se resuelva esta carencia y tenemos el compromiso de que para finales de agosto se incorporen estos barrios y al cien por ciento todo el pueblo a finales de año.

El crecimiento del pueblo viene dado tanto por gente del pueblo como de otras destinos. De Bulgaria, Ecuador, Marruecos...

-La emigración es muy importante para nuestro pueblo y aportan un gran valor en todos los aspectos, además de que ayudan a mantener las ratios del colegio y de la población. La convivencia, salvo pequeñas excepciones, es muy buena.

¿Qué es lo que más y lo que menos le ha gustado de su trabajo como alcaldesa?

-Lo que más me ha gustado es poder proyectar aquellos sueños o aquellas ideas que piensas podrían mejorar la vida de las personas en tu pueblo. Así que poder invertir en mejorar o renovar algunos edificios municipales y espacios urbanos, ponerlos en servicio, darles una estética diferente, hablar de los proyectos de la Peña Baja, Urbanización Amado Alonso, Casa de Cultura, Velatorio, Fuerte de Cazorla, La Cadena, La Romaleta, etc. y ponerle energía y ganas de hacerlo es una auténtica satisfacción. Tiene mucho que ver con la creatividad y con mi carácter. El tiempo pasa muy rápido y un ayuntamiento es una máquina mastodóntica y muy lenta. Poder llevar a cabo estos proyectos es lo mejor. En la alcaldía nadie es imprescindible, llegarán otras y marcarán su impronta. Hay momentos en la vida en los que las cosas vienen y van.

Lo peor han sido los palos en las ruedas, o que algunas personas canalicen su frustración intentando hacer daño; pero no hace daño quien quiere si no quien puede. Con todo esto he aprendido a diferenciar qué es lo importante y lo mas importante es que represento a un pueblo con unos valores estupendos y con un potencial increíble.

Hay algún proyecto estratégico que aunque ahora parezca inviable cambiaría Lerín.

-Sí, es algo que he soñada muchas veces y sería poner un ascensor que conectara el barrio de La Cadena con el pueblo. Un proyecto actualmente fuera de nuestro alcance pero que en su momento pregunté a un equipo de ingenieros y profesionales. Tendría un coste inasumible actualmente pero creo que tarde o temprano se hará porque vincularía directamente al pueblo con el barrio de la Cadena y viceversa y además de una forma casi mágica, esa posibilidad de estar abajo y arriba en pocos minutos. Ya lo hemos mirado y es un proyecto complejo porque hay más de cien metros de desnivel y habría que hacer plataformas de salida cada 50 metros, vías de evacuación y otras medidas. En Pamplona en el Club Natación hay un ascensor y al verlo he soñado con que en Lerín pusiéramos algo así. Un ascensor panorámico con todas las vistas que tiene la Punta del Palacio y que lo uniera con la Cadena sería la bomba: tanto a nivel práctico como a nivel turístico. El barrio de La Cadena está creciendo y es por donde Lerín puede expandirse urbanísticamente y tener una vía de acceso tan fácil como puede ser este ascensor. Sería el gran proyecto que marcaría también el desarrollo de Lerín. Tiempo al tiempo.

¿Tan costoso puede ser hacer un ascensor?

-Sí, hablamos de un proyecto que podría estar entre los dos o tres millones de euros. Lo tengo en la cabeza pero está claro que el día en que se realice yo no estaré en la Alcaldía.

¿Esto quiere decir que esta será la última legislatura o todavía hay cuerda para más tiempo?

-Quedan dos años y muchas decisiones por tomar pero creo que tiene que haber una energía renovada. En el 2023 llevaré ocho años y ya en el año 79 estuve cuatro de concejal. He cumplido sobradamente y además se puede seguir trabajando desde la retaguardia. Yo seguiré siendo Consuelo Ochoa, la hija de Trebijano, de toda la vida de Lerín y continuaré como siempre con mi familia, mis amigos y vecinos del pueblo. Este teléfono, este sillón, este despacho son de la Alcaldía, no de la alcaldesa. Cuando yo me vaya lo único que retiraré serán mis objetos personales y la llave la tendrá la persona que me sustituya. La vida va y viene y nadie es imprescindible.

¿Animaría a los vecinos y vecinas a que formen parte de las responsabilidades municipales?

-En Lerín hay personas superválidas que harán un buen papel aquí. Cuando uno llega a la Alcaldía se da cuenta de que se repiten en muchos aspectos los roles de la política general que no son buenas para un pueblo. Nosotras somos una plataforma social y entendemos que muchas veces un posicionamiento político, no atañe ni ayuda en nada al pueblo. Lo importante es ver los problemas e intereses de tu pueblo y saber gestionar para el bien común. Las palabras son importantes pero lo que quedan son los hechos, al prensar se vera el mosto, no?

Hábleme sobre la figura del fallecido vecino y premio Príncipe de Viana Tomás Yerro.

-Además de un intelectual, era una persona cercana y amable, humilde a pesar de su elevada categoría y de lo grande que era a todos los niveles. Es una pena enorme para Lerín porque hemos perdido una referencia pilar fundamental en lo colectivo y en lo personal . Nos ha acompañado en este camino prolífico para la cultura en Lerín, sentó las bases para que nos creyésemos lo que tenemos de patrimonio humano y cultural. A Tomás lo vamos a tener siempre muy presente porque nos ha dado una lección de vida con cada acto, con cada gesto y de esta manera y a través de la cultura nos ha hecho a todos mejores.

¿Qué siente al escuchar la palabra Lerín?

-Mis raíces, mi vida, mi pueblo. Hay una forma muy particular de sentirse de Lerín. Los lerineses y lerinesas saben de lo que hablo, es un sentimiento de pertenencia, de vínculo con nuestro pueblo que no lo he visto ni sentido en otros lugares.

“No comparto el término de ‘no fiestas’ porque algunos lo traducen en que puedo tener fiestas”

“Se ha eliminado la deuda viva más de dos millones de Lerín,

lo que nos da una tranquilidad absoluta”

“La pandemia nos ha hecho conscientes de que la vida en un pueblo tiene muchas ventajas”