- Finalizó la XIII Edición de la Feria Piquillo de Oro con el triunfo (una oreja) de la cordobesa Rocío Romero tras una faena sin exceso de hondura, pero sí de buen ritmo y siempre manteniendo compostura torera, sobre todo en el saludo capotero a la verónica a Rompedor, tercero en orden de lidia y también tercero de los jaboneros del envío de Tomás Prieto de la Cal. El encierro vazqueño (habitual en en estas arenas, aunque ausente durante dos años) cumplió en presentación, pero no terminó de llenar las expectativas de su público. Un primer novillo casi inválido y un cuarto, el único negro entre los típicos jaboneros, tardo, parado y distraído, bajaron una nota que fue de aprobado alto para los lidiados en segundo y tercer lugar.

Entre los dos coletudos (el pamplonés Francisco Expósito actuó de sobresaliente pero sin llegar a intervenir en ningún lance), se llevó la tarde la chica. Comprensible después de comprobar las manufacturas de Diego García. El espigado chaval de San Sebastián de los Reyes, triunfador anteriormente en Estella y Tudela, perdió la tarde por matar malamente a sus dos oponentes, sobre todo al que cerraba plaza y con el que nunca llegó a acoplarse algo, aunque con la clara excusa del viento que se sumó al final de una tarde veraniega agradable.

Rocío Romero no tuvo muchas opciones ante el abreplaza, que, probablemente, perdió casi toda su energía en una fea voltereta en la salida del puyazo de turno. Aun así, se le vio a la andaluza, aunque sin perder nunca la compostura, bastante precavida y falta de recursos. Dijo que, luego, sería otra cosa; y lo fue, aunque con espadazo bajo.

Lo mejor: La feria lodosana se recuperó tras un año de sequía por la pandemia. Un serial que, además, tuvo la novedad de lidiar una corrida de toros el 4 de julio; que fue un extraordinario encierro de Pincha. Divisa que repitió con una novillada picada, también con buen resultado, el 25 de julio. Aunque queda por celebrar (28 de agosto) uno de los tres espectáculos de tauromaquia popular. Con la novillada de Prieto de la Cal y el buen debut de Rocío Romero finalizó un exitoso serial de festejos de lidia y muerte. Un aplauso por su compromiso con las tradiciones al ayuntamiento de la villa y a la Peña Lodosa por el Toro, que preside Antonio Campo.

Ganadería. Cuatro utreros de Prieto de la Cal. Bien presentados, sin excesos. Flojo encierro en conjunto. Inválido el 1º y parado el 4º. Nobles y manejables 2º y 3º. Cumplieron en un puyazo, mal colocados en suerte.

Rocío Romero. De lila y oro. En el 1º, cuatro pinchazos (saludos). Y en el 3º, estocada caída (oreja).

Diego García. De grosella y oro. En el 1º, estocada atravesada y dos descabellos (vuelta). Y en el 3º, dos guardias, tres pinchazos y otros tres descabellos (silencio tras dos avisos).

Presidencia. Bien a cargo de Luis López Ganuza. Incidencias. Agradable. Lleno permitido en sombra.