Huarte celebró el sábado su día con un amplio programa festivo que empezó de par de mañana con las dianas, la salida del zanpantzar y la kalejira de los diferentes grupos culturales y musicales que se unieron para mostrar la diversidad, pluralidad y generosidad de la localidad.
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A las doce del mediodía, se lanzó el txupinazo y se leyó el pregón, que dio paso a la Elektropikala, que animó el ambiente por las calles. Tras ello, se celebró una comida autogestionada en la plaza del Ferial, donde no se pudo ni circular ni estacionar durante toda la jornada. A la tarde, se bailó la Iturridantza, dantza popular de Huarte, se degustó queso y se corrió detrás del toro y de la vaca de fuego.
