La Junta de Gobierno Local del Ayuntamiento de Pamplona ha aprobado este lunes el contrato de suministro e instalación de 30 cámaras de videovigilancia, con sus correspondientes equipos de comunicaciones, que se ubicarán en el Casco Antiguo y en la Vuelta del Castillo.

Con ellas, el Ayuntamiento de Pamplona pretende aumentar la seguridad ciudadana en varias zonas concretar de la ciudad y prevenir los delitos que se cometen en la vía pública. Las cámaras estarán conectadas al Centro de Coordinación Operativa de la Policía Municipal.

De las 30 cámaras previstas, 23 se instalarán en el Casco Viejo, en zonas como el Redín, el entorno del Ayuntamiento de Pamplona, la Plaza del Castillo, Labrit o Recoletas. Las otras 7 se colocarán en los caminos peatonales de la Vuelta del Castillo.

Las ubicaciones se han determinado en un estudio de Policía Municipal como cámaras disuasorias y cámaras de detección e identificación para seguir generando entornos más seguros. La instalación de estas cámaras conlleva también una ampliación de los actuales servidores de grabación y almacenamiento, así como trabajos de obra civil.

El plazo de ejecución es de cinco meses, por lo que se prevé que las cámaras puedan estar instaladas para final de año, y el gasto asciende a 302.000 euros.

Esta medida se enmarca en un programa de ocio y convivencia con el que el Ayuntamiento pretende atajar y prevenir posibles delitos en determinadas zonas de la ciudad. Son delitos, como los robos con fuerza, relacionados con zonas de ocio (discotecas, botellón) y que se incrementaron a partir de la segunda mitad del pasado año.

Junto a la instalación de estas cámaras de viodeovigilancia, se llevarán a cabo otra serie de actuaciones como la mejora de iluminación en la Vuelta del Castillo y en otros puntos susceptibles de ser usados para botellón como el parque del Runa, el parque de Yamaguchi o la zona del Redín.

El Ayuntamiento de Pamplona aprobó en febrero una modificación presupuestaria de 500.000 euros para la instalación de iluminación y cámaras de videovigilancia para aumentar la seguridad de determinadas zonas de la ciudad.

Tras el gasto de 300.000 euros en cámaras, los cerca de 200.000 euros restantes se dedicarán a inversiones en mejoras de iluminación de puntos concretos.

Desde el área de Seguridad Ciudadana reconocen que la mera presencia de cámaras de vigilancia es, de por sí, un elemento persuasivo para la comisión de delitos, con lo que confían en poder prevenirlos y que la incidencia baje con estas medidas.

Así ocurrió tras la instalación de cámaras en Rochapea y Argaray, por ejemplo, y confían en que suceda igual en el resto de barrios. Más aún con la incorporación del resto de acciones previstas.