Daniel Ruano lleva pedaleando desde 2009. Lo que no sabía era que, junto a sus compañeros de Cicloturismo Club Tenis Pamplona, convertirían el ciclismo en un acto solidario. Mañana iniciarán la marcha en Roncesvalles y no pararán hasta llegar a la Plaza del Obradoiro y haber completado 790 kilómetros del Camino de Santiago a favor de Arquitectura Sin Fronteras Navarra con el fin de recaudar fondos para rehabilitar la vivienda de una familia en riesgo de exclusión social de Ujué.

El grupo se junta cada sábado para hacer rutas y en 2020 quisieron que todos esos kilómetros pudiesen servir para algo más, que pudiesen, quizás, ayudar a gente. “Fue algo a nivel motivacional, nos planteamos el hacer alguna ruta un poco más larga, y se nos ocurrió enfocarlo a la recaudación de fondos y buscamos asociaciones con las que colaborar. Empiezas un año y ya al siguiente repites”, explica Daniel Ruano.

Ya va a ser el tercer año que organizan un reto solidario-deportivo. En 2020 realizaron la Vuelta a Navarra en 24 horas, un recorrido de 500 kilómetros para recaudar fondos para GERNA y Adacen. En 2021 fueron de Pamplona a Cambrils, alrededor de 440 kilómetros sin parar en favor de la ELA. Este año, decían que querían descansar pero sus ganas de ayudar pesaron más. Uno de los integrantes de Cicloturismo Club Tenis Pamplona colabora con la asociación Arquitectura Sin Fronteras Navarra y junto a ella han impulsado esta iniciativa que realizarán NonStop en menos de 34 horas. Esto quiere decir, sin parar a dormir, únicamente se detendrá la marcha para comer o cambiarse de ropa. De las diez personas que van a participar, tres comienzan hoy el recorrido y lo completarán en tres días juntándose con el resto en la última etapa. Les acompañarán dos furgonetas equipadas con los alimentos que serán las encargadas de ir adelantándolos para dejarlo todo preparado antes de cada parada.

El objetivo es recaudar fondos para la asociación (Colaborar: ASF: ES14 3008 0001 1507 0038 4027), que está inmersa en un proyecto de rehabilitación de una vivienda de Ujué para una madre y sus tres hijos, la mayor de 12 años, en riesgo de exclusión social, en colaboración con el Servicio Social de Base del Ayuntamiento. Hasta el momento, han recaudado aproximadamente 3.500 euros.

Daniel Ruano: “Con tanto kilómetro en las piernas va a ser difícil, pero nos apoyaremos y seguiremos adelante” Redacción DNN

El reto se iniciará mañana a las 6.30 horas y la intención es llegar el domingo entre las 17.00 y las 19.00 horas. Los puntos de parada son Los Arcos (Navarra), Santo Domingo de la Calzada (La Rioja), Belorado (Burgos), Sahagún (León) y Villafranca del Bierzo (León). Intentarán que las paradas sean lo más breves posible porque “con tantos kilómetros a la espalda, parar es de las peores cosas que puedes hacer porque luego te subes a la bici, las piernas están duras y pasa un rato hasta que vuelven a funcionar”, reconoce.

Sin embargo, considera que lo más duro será al amanecer. “Te entra sueño y encima coincide con el peor recorrido que es la llegada a Galicia. Los últimos 200 km tenemos casi la mitad del desnivel de los 790 y además, con tanto kilómetro en las piernas va a ser muy difícil, pero entre todos nos apoyaremos y seguiremos adelante como sea”. Reconoce que prepararse para algo así conlleva muchos meses. “Hay que mantenerse en forma todo el año y los últimos tres meses hay que intensificar. Cada tres semanas hacíamos una ruta un poco más larga. La más extensa fueron 300 kilómetros pero tampoco puedes mucho más porque tenemos que cuidarnos. Yo estoy andando cinco días a la semana por lo menos”. La satisfacción de llegar a la meta lo compensa: “Llegar al final es lo que más marca en todo esto porque estás haciendo el bien y estás ayudando a tu manera y si lo tuyo es pedalear pues pedaleando”.

Una mirada abierta

“Es un poco fuerte decirlo, pero la gente debería abrir las miras y no preocuparse solo de uno mismo. Sé que en la sociedad de hoy en día es complicado pero yo animaría a la gente a colaborar porque aportar algo de dinero a una asociación es dar vida y esperanza a las personas que lo pasan mal. Por eso seguimos año tras año con estas iniciativas”, señala Daniel Ruano. Aunque es consciente del sacrificio que supone, confiesa estar maquinando próximos proyectos: “Siempre digo que es el último, pero luego el ayudar a la gente y que sirva de algo es muy bonito”.