El talo, un sencillo alimento que sació muchas hambres en otro tiempo y que ahora va unido a las celebraciones, volvió a celebrar su día en Leitza. Compartió protagonismo con Kristina Saralegi, fallecida el pasado febrero, una de las impulsoras de esta fiesta y también persona clave en la popularización de estas tortas de maíz. Pero su recuerdo sigue muy vivo, también su fuerza, como destacaron ayer en el homenaje que le rindió el Ayuntamiento de Leitza y el Consorcio Turístico Plazaola.

La ganadora del concurso de talos, que recibió un delantal, con el resto de participantes.

Con bertsos, recordaron su faceta de baserritarra, aizkolari y emprendedora, una mujer trabajadora y defensora de la tradición que ha dejado gran huella. Zure hazia betiko bihotzetan, tu semilla para siempre en nuestro corazón, se decía en la talla que regalaron a su viudo, Joxe Manuel Huici, en un sencillo y emotivo homenaje a la reina de los talos, como le solían llamar. Le acompañaron Nahikari Uriarte, concejala de Leitza; Aitor Larraza, presidente del Consorcio Turístico Plazaola y su gerente, Gustavo Ortiz de Barrón, así como Joxean Iturralde, compañero en muchas ferias, quién destacó que Kristina llenaba la plaza con su sonrisa, fuerza y ganas. “Nos daba y nos sigue dando fuerzas para seguir”,

Las y los talogiles no pararon ayer en toda la mañana.

Las y los talogiles no pararon ayer en toda la mañana. Nerea Mazkiaran

El homenaje fue al mediodía, anunciado por los sonidos de los cencerros de los joaldunak de Zubieta que tanto le gustaban a Kristina, como recordó su viudo. “Cuando se fue no pensaba seguir con los talos pero era lo que ella quería y decidí continuar. Siento que me está ayudando, yo solo no podría hacerlo”, aseguró.

Con txistorra, tocineta, gulas, queso, hongos o chocolate, ayer se pudieron degustar talos de Saralegi Taloak y Saldiasko talogileak, invitados en esta 17ª edición tras el cese de la actividad de los Villabona. No obstante, Maitane, Uxue y Naroa, miembros de esta familia, ofrecieron un taller en el que participaron un centenar de txikis. También era Villabona, en este caso Iliena, la ganadora del concurso de talos. Se presentaron doce. “El secreto está en el punto de sal y en amasar bien”, aseguró. Cómo es habitual, el Talo Eguna estuvo enmarcado en una feria de producto local y artesanía.