El Domingo de Palomeras, la joya de la corona del calendario festivo de Etxalar, se vió deslucido inesperadamente por el viento, que en rachas muy violentas obligó a retirar las redes y privó del espectáculo a la gente que, con la coincidencia del Nafarroa Oinez, acudió en menor número que otros años. La fiesta se trasladó al pueblo, donde, eso sí, no faltaron alicientes.

El trabajo en la “trepa” fue minímo y ni se lanzaron paletas.

La oferta de los restaurantes en la que no faltaron las palomas guisadas, y la degustación de los típicos talos (tortas de maiz con queso, chistorra y hasta chocolate) que sirvieron los animosos miembros de la asociación cultural Altxata paliaron la desilusión quese vivió en Yarmendi y Lizaieta. Al mediodía, las redes se retiraron ante el riesgo de rotura por el fuerte viento y, al contrario que los afortunados viernes y sábado de víspera, no hubo capturas.

Los visitantes aprovecharon para pasear y disfrutar del paisaje.

La fiesta, con carácter más local, comenzó el sábado, con mucho jolgorio y tres torneos. El campeonato de mus fue para Imanol y Aritz, Izaro e Itxaso ganaron el de parchís, y en el de tortilla Leire, Ana y Maitena ganaron el de mayores y Ainhitze y Oxel, el de jóvenes. La animación del bailongo corrió a cargo de la electrotxaranga Burrunba.

Palomeras

En el collado de Yarmendi, donde se sitúan las redes, la protagonista fue la meteorología y no pudo ser. Por el contrario, hubo capturas el viernes, con 13 palomas en las redes y 19 txolomas (especie de menor tamaño), en total 32 aves entre zuritas y torcaces. Y el sábado fue mejor todavía, con 22 palomas y y 23 zuritas, 45 en total.

Precisamente el viernes, día 15, se inició el periodo de control de la migración hacia el sur, que abarca hasta el 11 de noviembre, San Martín, aunque hasta el 20 se prolonga la temporada de caza. La campaña ha comenzado con optimismo, ya que el sábado se contabilizó el paso de 9.663 palomas por la vecina Sara y 1.748 por Urruña, mientras para el Quinto Real-Kintoa, se calcularon 8.096 palomas el sábado y ayer por encima del millar.

Las Palomeras de Etxalar, situadas en el paraje de Yarmendi, fueron declaradas en 2005 bien de interés cultural con categoría de paisaje cultural, que los etxalartarras conservan como oro en paño. El primer testimonio escrito de la práctica de la caza de la paloma con redes en Etxalar data del año 1378, y se conocen documentos posteriores que muestran también la importancia que tiene este ancestral sistema de caza.

El Domingo de Palomeras finalizó ayer con muy bonito ambiente en Etxalar, donde Etxalarko Dantzariak instalaron una surtida taberna en el frontón para obtener ingresos con los que financiar sus actividades culturales, y de la música se ocupó el incombustible akordeolari Modesto. Hubo mucho viento y no palomas en Etxalar, pero la campaña no ha hecho más que empezar.