Cuando era chaval, en las retransmisiones del Tour, a Manuel Iznaola Gómez (Jaén, 1974), se le grabó el nombre de Irurtzun. “Tenía 14 años, cuando Perico Delgado consiguió el maillot amarillo en el Tour en la etapa de Alpe d’Huez, y el comentarista destacó varias veces el mérito del equipo de Irurtzun”, recuerda. Años después, cuando opositó para profesor de Educación Física, le hacía especial ilusión ejercer en esta localidad de Sakana. Tras un periplo por Añorbe, Sangüesa Ansoáin y Murillo del Fruto, llegó hace 14 años al colegio público Atakondoa. Y descubrió que este pueblo, además de ser la cuna del Reynolds, también lo era del Xota y de otros clubes, con deportistas destacados en diferentes modalidades.

Para poner en valor esta parte de la historia de Irurtzun ha escrito Irurtzun y Atakondoa. Semillas y frutos deportivos a los pies de las Dos Hermanas, libro que a lo largo de 167 páginas, desgrana las semillas que sembraron unos pioneros y los frutos, 52 deportistas relacionados con Atakondoa, entre alumnado, padres y madres.“Hay más que 52. En un trabajo de campo es fácil que quede alguno y también puede que haya personas que consideren que algunos no deben estar. Más que en los méritos deportivos, me he centrado en las historias que hay detrás, sobre todo la de aquellos que han querido participar. Muchos han apoyado la idea pero no todos han participado”, observa.

Al respecto, recuerda que le sorprendió que los niños y niñas no supieran del pasado deportivo del pueblo. “No conocían el equipo Reynolds, no valoraban lo suficiente al equipo de fútbol sala. Que el Xota esté en división de honor tiene un mérito inmenso, pero los jóvenes lo dan por hecho y no se dan cuenta del sacrificio que hay detrás para que este equipo siga en la élite. Me daba pena que la gente no los valorara lo suficiente. Son un ejemplo de superación y de lucha para aprender de ellos. Demuestran que es posible llegar y si no se consigue da igual, porque haciendo deporte van a ser felices”.

Este libro también trata de explicar cómo es posible que un pueblo de poco más de dos mil habitantes haya dado multitud de deportistas de alto nivel en diferentes disciplinas deportivas. “El mérito lo atribuyo a la gente mayor, que era muy deportista y emprendedora. Propició que hubiera un boom, un trabajo y afición al deporte tremendos: futbol, pelota, ciclismo, montaña, deporte rural... Se junta la afición que hay en Sakana al deporte, la proximidad a Pamplona, y sobre todo el trabajo de gente mayor dispuesta a ponerse de acuerdo y unirse, independientemente de sus ideas, para que prosperase el pueblo”, apunta este profesor.

ESPÍRITU DEPORTIVO

Iznaola incide en los valores en los que se apoyaron estos deportistas para conseguir sus éxitos deportivos y también para afrontar situaciones difíciles. “Pretendo sacar a la luz ejemplos de espíritu deportivo, desde el accidente de moto de Alex Mariñelarena, que le frustró su carrera, o la constancia de Javi Saldise”, recuerda.

Deportista de oficio y fuera de las aulas, Iznaola cuenta que clasifica a las personas en deportistas y no deportistas. “Hay que saber afrontar las dificultades cuando llegan y si haces deporte de manera habitual, creo que es fácil ver esos valores de compañerismo, de constancia, sacrificio, resiliencia… El deporte es una buena ayuda para entrenarte para la vida”, asegura.

Al respecto, destaca la importancia de practicar deporte en los momentos más difíciles y aboga por la creación de una unidad interdisciplinar dirigida principalmente a personas enfermas de cáncer y fibromialgia. “A esas personas el deporte les ayuda a mejorar su salud y ser más fuertes mentalmente. Pero en esos momentos están tan mal física y psicológicamente que no pueden ir a un gimnasio normal. Mi propuesta es juntar en un espacio cinco profesionales que trabajen en coordinación: médico especialista en medicina deportiva, nutricionista, fisioterapeuta, psicólogo y monitor deportivo”.

Lo cierto es que este tipo de centro existe en Granada, promovido por el médico Jesús Candel, más conocido como Spiriman, fallecido recientemente. Se trata de una unidad para enfermos de cáncer impulsada por la fundación UAPO, que busca facilitar la vida a los pacientes oncológicos a través de la actividad física.

AGRADECIMIENTOS

Iznaola quiere agradecer a todas aquellas personas que han hecho posible este libro. A Xabi Lizeaga, su compañero en Atakondoa, que le introdujo en el pueblo; a Santi Moreno, el alma de La Peluso; a Pello Alzueta, José Antonio Martínez Chapas, ambos fallecidos; a Patxi Moreno, el conserje de la escuela durante más de 30 años. “Era una persona muy culta y con una memoria privilegiada”.

También a Goizeder Lamariano, su agente literario, a Maite Iparragirre, técnica de la Mancomunidad de Sakana, que tradujo el libro al euskera, y a Editorial Eunsa, que lo ha publicado. La lista de agradecimientos no acaba aquí y apunta a Javier Laquidain, de la Cadena Ser, autor del prólogo e Imanol Erviti, ciclista del Movistar Team, que escribió el epílogo. También a Rubén Goñi por sus consejos, a Mikel Goldarazena por su ayuda, además de Jacobo Díaz, el jefe de prensa de Movistar, Tatono Arregui, presidente del Xota y buen amigo; Lacturale en la persona de Juanma Garro por su apoyo incondicional al deporte, el Ayuntamiento de Irurtzun e Ignacio Martiarena. “Es un padre que me dio consejos muy buenos”, apunta.

El libro se puede adquirir en la librería La Muga de Pamplona y el estanco de Irurtzun así como en cualquier librería que se solicite. También a través de Internet en Eunsa, La casa del libro, Amazon y Fnac entre otros canales habituales de venta.