La Cofradía de los Remedios Virgen de Monlora de Sartaguda está de celebración, y es que este año festejará los 200 años de andadura, una efeméride que los cofrades, 887 en la actualidad de muy diversas edades, esperan festejar por todo lo alto. La agenda, cuentan, aún está por determinar, pero incluirá actividades a lo largo de todo el año pero, sobre todo, en torno al 15 de diciembre.

El origen de esta entidad, explican, se remonta a 1823 y está ligado a la Iglesia; nació para ayudar a los más pobres del municipio. “Repartían pan y vino entre los necesitados”. Además, y en cuanto al nombre, desvelan, hay varias posibilidades según recoge un libro antiguo que conservan (el resto se quemaron en un incendio); podría ser por los pastores que venían de Zaragoza (en Luna hay un monasterio erigido en honor a la Virgen de Monlora) y eran bendecidos, o bien porque la talla de la Virgen apareció en el Alto Molero, el monte del municipio.

La actual junta está formada por el presidente Serafín Urbiola, que lleva dos décadas al frente de la entidad; el vicepresidente es Pedro Benito; la secretaria, Benita Urbiola; la tesorera, María Pellejero; y los vocales, José Antonio Jiménez, Jesús Vitórica y Miriam Jiménez. La idea, cuentan, es que tras la celebración del aniversario haya un cambio generacional, “que entre savia nueva; queremos dar paso a otras personas, a gente que se implique”.

La cofradía “se mantiene por tradición, no queremos que se pierda algo tan nuestro”, cuenta el presidente Urbiola, y, de hecho, durante todo el año se dejan sentir en la localidad con diversos eventos.

Actos anuales

Tras dos años a medio gas por la pandemia, la entidad ya ha retomado su programación habitual que, como cuentan Serafín y Benita, arranca el tercer domingo de mayo con la romería. Se trata de una celebración muy joven puesto que la primera vez que la celebraron fue en 2016 y gracias al levantamiento de la pequeña ermita que inauguraron en 2017. “Siempre hablábamos de celebrar una romería pero nos hacía falta una ermita, claro. Queríamos que fuese un día más enfocado a los jóvenes. En aquel momento tuvimos la opción de comprar un terreno, precisamente en el Alto Molero, y nos lanzamos. Es una zona que está abierta todo el año para el disfrute de los sartagudeses”, explica Serafín. Allí plantaron árboles, colocaron riego y, junto a la estructura abierta que construyeron, habilitaron mesas y bancos. Ese día, insiste, “celebramos un lunch y a mediodía vamos en procesión hasta allí con la Virgen de la Monlora”.

Después, además, compraron otra finca para hacer las veces de aparcamiento. “Los terrenos en los que se asienta la ermita son de la asociación y, en caso de que ésta desaparezca, pasarán a ser propiedad del Ayuntamiento y, por lo tanto, del pueblo, no de la Iglesia”. Y es que, si algo tienen claro estos dos sartagudeses es que “hay que separar lo religioso de lo que no lo es; todo tiene su papel y, como asociación, también nos volcamos con la fiesta además de preservar la parte más tradicional y eclesiástica. Tratamos de equilibrar”.

Además, en julio participan en la concentración de auroros, colaboran con cualquier actividad que se organice en el municipio como Día del Melocotón, la cabalgata, fiestas, etc, y también hacen intercambios con la Hermandad Nuestra Señora de Monlora de Luna; ellos van allá mayo y estos les devuelven la visita a finales de año.

Puesta de largo

Diciembre es, sin duda, el mes más especial para la cofradía con la celebración de las Fiestas de la Monlora. En función del fin de semana que caiga, y tras los conciertos del viernes en la carpa, el sábado arrancan los actos con la aurora y el desayuno para, después, acudir a misa y a la procesión. La jornada también cuenta con una comida y una larga sobremesa. Además, el domingo reparten el pan, el vino y la lotería (siempre juegan el mismo número), que es algo que mantienen con respecto a los orígenes de la entidad, y culminan la celebración con una misa en honor a los cofrades difuntos. “Son dos días muy agradables y amenos”.

En esas jornadas tienen un papel destacado ‘Los Mayordomos’; “son 6 hombres y 6 mujeres a los que, por orden de inscripción, cada año les toca ostentar este cargo. Se trata de un papel que ahora es simbólico pero que antes conllevaba ciertas obligaciones”.

200º aniversario

Este año, y dentro de sus posibilidades, esperan organizar más eventos si cabe tanto para los txikis, como para los jóvenes, y los vecinos de mediana edad y los más mayores. “Queremos hacer algo antes de fiestas, que sea una antesala”. Además, a lo largo de 2023 van a restaurar la talla de la Virgen puesto que en más de tres décadas solo la han arreglado una vez por culpa de las polillas y necesita cierto mantenimiento.

Ilusionados con el año que les espera, los hermanos Urbiola agradecen “que la gente siga implicada y que participe porque, de esta forma, es como se mantienen las tradiciones”.