Tras dos años en los que la festividad de San Antón se vio descafeinada, este martes decenas de personas se reunieron en Elizondo para festejar el patrón de los animales, una jornada que antaño se festejaba por todo lo alto en Baztan, bendiciendo los animales, que disfrutaban de su día de fiesta, que aprovechaban los ganaderos para reunirse en Elizondo y disfrutar más que los animales.

El 17 de enero es un día marcado en rojo en el calendario de los y las baztandarras, pues aunque los antiguos ritos como llevar a los animales a bendecir o bendecir velas para posteriormente verter gotas de cera derretida sobre el lomo de cada animal han quedado prácticamente en el olvido, todavía son muchos los que tras la kalejira de los txistularis por las calles de Elizondo acuden a la Plaza de los Fueros a saludar a viejos amigos, degustar las típicas Baztan Zopak que se sirven junto a un poco de vino y escuchar a los bertsolaris que cantan desde el balcón del Ayuntamiento, antes del sorteo en favor de la residencia Francisco Joaquín Iriarte.

Las Baztan Zopak se repartieron esta vez en los soportales del Ayuntamiento. Ondikol

Tras dos años condicionados por la pandemia, este martes volvía la normalidad, aunque esta vez fue la lluvia la que condicionó, en parte, la jornada. Hubo Baztan Zopak, hubo vino y también se escucharon bertsos de dos grandes campeones, Bittor Elizagoien y Manolo Arozena, y tampoco faltó el tradicional sorteo, el más antiguo del valle (se conserva un boleto de San Antón de 1867), aunque todo se desarrolló en el soportal del Ayuntamiento, no en la plaza y en el balcón, como es habitual. 

Mientras unos y otros charlaban, comían o bebían y disfrutaban de los bertsos, los guardas municipales apuraban los últimos minutos antes del sorteo para vender los boletos de la rifa que se celebra a las 13.00 horas, y en la que alumnos y alumnas de cuarto curso de Elizondoko Eskola Publikoa o Baztan Ikastola Udal Eskola Publikoa se turnan cada año para sacar los números premiados.

Jon Busto, Laia Usandizaga, Malen Huarte y Urko Arrupea. con los números premiados . Ondikol

 

En esta ocasión, fueron los alumnos y las alumnas de la ikastola los encargados de repartir suerte. Urko Arrupea Iribarren, Jon Busto Dufurrena, Malen Huarte Urrutia y Laia Usandizaga Lozano. Como es habitual, fueron cuatro los premios sorteados: el primero, un ternero, será para la persona que tenga el número 3.421, boleto vendido en el Bar Saioa o por un guarda; el segundo, un hermoso cerdo, para el número 2.764, que en pocos minutos conoció a su agraciado, José Joaquín Apezetxea, que compró este martes mismo el boleto, a un guarda municipal; el tercer premio, dos corderos, fueron para el número 2.470, con Maite Gortari como afortunada; y el cuarto, un hermoso jamón, para el 5.897, que fue vendido en el Bar Iparla, de Erratzu, o por un guarda municipal. En total se vendieron 5.600 boletos, y la recaudación se destinará a la residencia de ancianos.