Arróniz cumplió sobradamente en su papel de capital navarra del aceite de oliva. Para empezar, por acoger la llegada de más de 6000 personas que se acercaron en la fría mañana de ayer hasta esta localidad de Tierra Estella para probar las tostadas del nuevo aceite de oliva de 2023. Una vieja tradición local que se ha convertido en fiesta de interés turístico de Navarra y que ayer vivió un éxito total en Arróniz, un pueblo que apenas supera los mil habitantes y que cuenta con el apoyo de los cerca de 5.000 productores navarros que cultivan 900.000 olivos y que este año entregaron más de seis millones de olivas en esta almazara de Tierra Estella con la que se han elaborado alrededor de 1,6 millones de litros de aceite.

Rebanadas de pan y con el solo acompañamiento de ajo y aceite de oliva, ayer en Arróniz.

Datos que fue desgranando el alcalde de Arróniz, Ángel Moleón quien reivindicó la defensa del mudo rural que tiene “el 85% del territorio aunque y el 20 de la población”. Con todo, pidió ayuda para el mundo rural por que “es necesario que nuestros pueblos sigan vivos”.

La cata del aceite se desarrolló en los espacios colindantes a la almazara en los que se pudo probar las tostadas con ajo y untar en los recipientes del aceite recién salido del trujal de Arróniz. Todo un desfile multitudinario perfectamente organizado, en el que cada comensal pudo probar la calidad del nuevo aceite de oliva “es una experiencia inolvidable que me recuerda a mi infancia y me trae muchos recuerdos”, reconocía ayer una de las participantes que, acompañada de un grupo de amigos, participaba ayer en la cata popular del aceite que lleva el nombre de Mendía. Una fiesta que también tuvo su continuación en la calle con la fanfarre local y con la instalación de 35 puestos alimentarios y 60 de artesanía.

Orden de la Oliva

Con todo, uno de los actos más importantes del día fue la entronización de los nuevos miembros. Un acto que tras dos años de ausencia, retomó su actividad dando paso a la entronización de los nuevos elegidos en el decimoctavo Capítulo de la Orden de la Oliva de Navarra. Un acto que contó con el pregonero de esta edición: Eudald Carbonell, uno de los codirectores de los yacimientos de Atapuerca, quien lanzó el mensaje de “especie y de futuro”. Carbonell advirtió de que la especie humana está colapsando y necesita aumentar la diversidad y cuidar la identidad “porque sin identidad no existe la diversidad”.

Por otra parte, se asistió a la elección de Teresa Catalán como gran priora de la orden antes de que se pasase al nombramiento del resto de nuevos miembros. Así, José Luis Pujol, en nombre del Nuevo Casino de Pamplona; Miguel Ayestarán como representante de la sociedad Napardi y Merche Osés en representación del Centro de Estudios de Tierra Estella. Así mismo, el arqueólogo Patxi Areta -también del CETE- fue nombrado caballero de honor, todo un reconocimiento para este institución que actualmente trabaja en el proyecto Estella geológica, además del estudio de georádar con el que el futuro se podrán precisar “los contornos del castillo derruido de Zalatambor y también de la desaparecida judería”, aseguró Areta.

Así mismo, fueron nombrados caballeros de honor, el restaurador, Carlos Oyarbide; el científico, Jesús Prieto, el músico Federico Moreno-Torroba. También se nombraron como damas de honor a la arqueóloga, Ana Isabel Ortega, la música María Antonia Rodríguez, la gastrónoma, María Teresa Arcos y a Cristina Solano “una periodista independiente, crítica y comprometida con Tierra Estella y sus vecinos” que recibió el aplauso más intenso de las más de 200 personas que abarrotaban el salón de actos del Trujal Mendía.

Al acto, que fue acompañado de principio a fin por el Coro de Voces Graves de Pamplona, asistió la presidenta del Gobierno María Chivite quien defendió el mundo rural en la clausura: “defender nuestras almazaras es defender nuestra esencia y nuestra cultura”. También asistió el presidente del Parlamento, Unai Hualde, además de diversos parlamentarios y varios alcaldes de diferentes localidades navarras.

Concursos

Otro de los puntales de la fiesta de la oliva, que este año celebra su 23 edición tras las ausencias en los años 2021 y 2022, fueron los concursos. Para empezar el de fotografía, que tuvo como ganador a Jose Antonio Morlesín, seguido de Javier Lega y de Íñigo Vicente. En relatos, Yara González se hizo con el premio alevín, Salma Ikrou con el infantil y Saray Jiménez con el juvenil. En la categoría de Adultos hubo un accésit para Victoriano Alcalde y la ganadora fue Yolanda Arruabarrena que recibió el olivo de plata por su cuento La pequeña Lya.

El triunfo en el concurso de aceitunas caseras fue para Jose Luis Echeverría, seguido de Verónica Echeverría y de Marta Echeverría. Finalmente, el concurso de postres fue para Ohiane Echeverría, seguida de Reyes Jiménez y Carlos Fernández.