El trabajo y el esfuerzo que hay detrás de la Pasión de Andosilla se volvió a notar el viernes por la mañana en la 31ª edición de la representación del Vía Crucis Viviente, un acto al que, una vez más, acudieron cientos de personas. Bajo un respetuoso silencio solo roto por el retumbar de los tambores, las estrechas calles del casco antiguo de la localidad fueron testigo del periplo de Jesús, en este caso encarnado por Imanol Moreno, desde la plaza del Corro, donde tuvo lugar la sentencia de Poncio Pilatos (Carlos Fuertes), hasta su crucifixión.

De acuerdo con Imanol, una vez terminado el acto, “he estado muy, muy bien. Ha hecho buen tiempo, no ha hecho mucho frío así que genial, muy bien, contento”. A pesar de padecer el peso de la cruz durante todo el recorrido, explicaba que “no soy consciente de la gente que va; se me hace el recorrido súper corto pero no me fijo en las personas que hay alrededor. Miro un poco en el Corro y al final, pero lo justo”.

Su momento preferido, comentaba, “es cuando estoy tumbado, ya muerto, con María” y, aunque desvelaba que este año tenía pensado retirarse y dejar paso a otra persona, tampoco lo tiene del todo claro.

Viacrucis Viviente de Andosilla

Viacrucis Viviente de Andosilla María San Gil

Precisamente junto a él si hubo alguien que acaparó todas las miradas esa fue Aitana Cordón, que se metió en la piel de María por primera vez aunque lleva 10 años participando en la representación. “Lo cierto es que este es un papel igual de importante que todos, pero causa más impresión y respeto que los anteriores que he hecho, claro”. Aunque no se había planteado dar este salto, “lo cierto es que siempre me lo decían; acuérdate que acabarás siendo María y, mira, ha llegado el momento”. Además, y en cuanto a la complicidad con Imanol, explicaba, no podía ser mejor y es que “a veces en los ensayos nos mirábamos y nos echábamos a reír, era inevitable, porque somos amigos, pero cuando llega el día te metes tanto en el papel que no te da para nada más”.

Muy satisfecho también estaba el propio Fuertes, uno de los principales organizadores e integrante de la asociación Marcha Joven, que aseguraba que incluso la afluencia de gente había sido superior a la esperada; “hemos valorado alguna vez la posibilidad de acordonar el paso, sobre todo en las calles estrechas a ver si resulta, y lo hemos probado en algún ensayo, pero no acaba de encajarnos así que seguiremos como estamos”. 

Con la mente ya puesta en el año que viene, y tras terminar de decorar las 14 estaciones, aseveraba que la idea es “realzar un poco más algunas de las escenas y hacer un proyecto también para la lona del final, la más grande”. Fuertes, que agradecía la ayuda económica de las empresas, concluía animando a la gente a acercarse a la 32ª edición; “creo que es un acto que merece la pena ver al menos una vez en la vida”.

Esta jornada, además, contó con un nuevo mercado hebreo en el que hubo más de 25 puestos por las calles adyacentes al Vía Crucis y en el que además hubo talleres de cerámica y soplado de vidrio, juegos de madera y actividades infantiles.