El pasado sábado se celebró en Bilbao el Campeonato de Jóvenes Txistularis de Euskal Herria. Tras la celebración de las últimas 15 ediciones en Hernani, Bilbao acogió por primera vez este torneo bajo la organización de la Asociación de Txistularis de Euskal Herria y Bilbao Musika. 

En la categoría de menores de 12 años, el primer puesto fue para Aitor Ripa Eritze (Irurita) y en la de 13 a 16 años, para Izar Imbuluzqueta Arroabar (Elizondo). Además, el segundo lugar de esta categoría de “mayores” se lo llevó el también iruritarra Eneko Irazoki Viela.

Izar Imbuluzqueta, Aitor Ripa y Eneko Irazoki junto a la escultura de Maurizio Elizalde Ondikol

Más de una veintena de solistas menores de 16 años de Bizkaia, Gipuzkoa y Navarra compitieron en la Sala BBK por demostrar su talento con el txistu ante el jurado compuesto por Maite Sagastibeltza, Iker Larrauri y Maite Lomas. A pesar de lo complicado de la valoración, teniendo en cuenta criterios como la ejecución, la interpretación, la calidad del sonido, la dificultad de la obra y la actuación, las txapelas fueron a caer a los jóvenes txistularis de Baztan.

La competición se divide en dos categorías. En la primera participan solistas de 12 años o menos y en la segunda, solistas de 13 a 16 años. Este año, en la categoría menor había 12 inscritos, mientras que en la de mayores fueron diez los txistularis que mostraron su habilidad ante el jurado y el público asistente.

Ambos ganadores recibieron la noticia con sorpresa porque según creen, no les salió tan bien como esperaban. “Este año me voy sin nada a casa” pensó Izar, sintiendo que le había salido “muy mal”. Se quedó con un sabor agridulce porque considera que “no se vio todo el trabajo” que había hecho, ya que falló cosas que en clase le salían bien. Aitor, por su parte, se quedó con la misma sensación: “Hicimos una prueba en Arizkunenea y me salió muy bien. Pero en Bilbo no me salió”. Aun así, sus actuaciones fueron más que suficientes para lograr el título de txapeldunes. Y eso sí, Izar asegura que ella “vio bien a Aitor”, y lo mismo opina Aitor de la actuación de su compañera.

Izar Imbuluzqueta, Aitor Ripa y Eneko Irazoki con sus txistus Ondikol

Izar Imbuluzqueta, de 15 años y residente en Orkoien, interpretó la canción ‘Soleko fantasia’. Era el segundo año consecutivo que competía y del segundo puesto del año pasado, logró dar el salto a la victoria. La afición por este instrumento le viene de familia. En casa, cuenta, todos tocan el txistu. De hecho, su hermana pequeña de nueve años también participó en el campeonato de Bilbao. A la pregunta de cuánto tiempo suele ensayar, cuenta entre risas que suele ser una media hora al día pero a veces mucho más porque “mi ama está escuchando y me dice que siga”. 

Con unos siete años, Izar empezó en la escuela de música y hoy en día está en el tercer año de txistu del Conservatorio Profesional de Música Pablo Sarasate. De cara al futuro, tiene muy claro que quiere hacer el superior y convertirse en profesora de música.

Aitor Ripa, de 12 años, ya tenía la experiencia de haber ganado el año pasado en Hernani y quería volver a repetir la hazaña. En esta edición, la canción escogida para la ocasión fue la polca ‘Mariceli’. Aunque en su casa su padre también es aficionado a este instrumento, él empezó a tocarlo cuando Jon Irazoki, txistulari también y padre del subcampeón Eneko Irazoki, le preguntó a ver si le gustaría aprender. Y así fue como empezó, a la edad de siete años y en compañía de su amigo. Además, cuenta que se suelen mover bastante y que tocan en “fiestas de Irurita, de Bera, en el Baztandarren Biltzarra, el día del Olentzero…”. 

Nos solemos mover bastante. Tocamos en fiestas de Irurita, de Bera, en el Baztandarren Biltzarra, el día del Olentzero…

Aitor Ripa - Txistulari

Tras la experiencia positiva de este año, tanto Izar como Aitor tienen claro que el año que viene volverán a participar. Y es que aunque cada uno tenga sus aficiones, como es el caso de la natación para Izar o el fútbol y la pelota para Aitor, el txistu tiene un lugar importante en sus vidas

Estos dos jóvenes talentos que han demostrado su pasión y habilidad en el txistu prometen dar mucho que hablar en el futuro. Por el momento, seguirán disfrutando del aprendizaje y de seguir sacando este tradicional instrumento a la calle.

Jóvenes con este entusiasmo y dedicación son ejemplo para los más pequeños que desean seguir sus pasos y conocer más de cerca el mundo del txistu, que a pesar de estar muy relacionado con lo tradicional, no deja de sorprendernos con cada vez más actuaciones contemporáneas.